De la agresión a Navarra
Ahora se trata de adoctrinar a los niños desde la primera hora. De euskaldunizarlos para que pierdan su identidad y poder incorporar al Viejo Reyno a una tierra que con ese nuevo territorio (el País Vasco pasaría de 7.200 a 17.500 kilómetros cuadrados) haría más viable su independencia
Quienes tuvimos el privilegio de hacer nuestra carrera universitaria en Navarra fuimos testigos ya en la década de 1980 de cómo se fue sembrando la semilla de euskaldunizar el Viejo Reyno. Como en tantos otros ejemplos de la historia patria, cual es el de llamar «comunidades históricas» al País Vasco, Cataluña y Galicia: se trataba de ocultar que las verdaderas regiones históricas eran Aragón, de la que Cataluña era parte, Navarra, a la que pertenecía la mayor parte de la actual Comunidad Autónoma Vasca o Castilla. Pero la verdad era irrelevante a estos efectos.
Recuerdo bien cómo me impresionó ver cuando estudiaba allí con qué rapidez se construyó en el barrio de Iturrama de Pamplona, en la calle Fuente del Hierro por la que yo bajaba a clase todos los días, una gigantesca ikastola, gobernando el corrupto socialista Gabriel Urralburu. El único sentido que tiene la expansión de las ikastolas es euskaldunizar Navarra. Y los socialistas juegan a esa carta desde hace mucho tiempo.
Hoy en día en España hay un convenio entre las televisiones autonómicas de Cataluña y Baleares por el que ambas pueden emitir en la otra comunidad. Huelga decir que es un criterio muy favorable a los independentistas catalanes, que se pasan el día adoctrinando a los mallorquines sobre su condición catalana, mientras que a los catalanes nadie les dice que son baleáricos.
Entre la catarata de concesiones que ha hecho el Gobierno de Sánchez a los partidos que quieren romper España, y con cuyo apoyo gobierna, está el que la televisión autonómica vasca, ETB, empiece a emitir su tercer canal, el dedicado al público infantil, en toda Navarra. ¿Por qué creen ustedes que eso es relevante para los independentistas vascos? Porque hay que amamantar el vasquismo de las nuevas generaciones de navarros. En casi la mitad de la Comunidad Foral no se habla ni palabra de vascuence y así nunca se conseguirá la integración de Navarra en el País Vasco, el eterno objetivo de los euskaldunes.
¿Por qué será que Telemadrid no manifiesta el más mínimo interés en emitir en Castilla y León, ni la TVG en Asturias ni Canal Sur en Castilla-La Mancha? El interés en emitir en otras comunidades siempre tiene un afán expansionista, anexionador. Lo peor del caso de Navarra –donde no hay una televisión autonómica a diferencia de Baleares– es que el primer acuerdo para que los dos primeros canales de ETB emitieran en Navarra se cerró en 2009 entre el socialista Patxi López y el presidente Miguel Sanz, de UPN. Se fijó la premisa de que ETB debía «respetar la realidad de Navarra». Un brindis al sol. En 2013 se rompió el acuerdo cuando el PNV recuperó el Gobierno y en el mapa del tiempo se incluía a Navarra como parte de «Euskadi». Ni que decir tiene que los dos canales de ETB siguieron emitiendo en Navarra sin respaldo legal. Y con la llegada de la euskaldún Uxue Barcos al Gobierno de Navarra en 2016 se regularizó la emisión con un nuevo acuerdo.
Ahora se trata de adoctrinar a los niños desde la primera hora. De euskaldunizarlos para que pierdan su identidad y poder incorporar al Viejo Reyno a una tierra que con ese nuevo territorio (el País Vasco pasaría de 7.200 a 17.500 kilómetros cuadrados) haría más viable su independencia.
Y el PSOE, como es habitual, minando la unidad de España.