Romance de sindicatos
De los doscientos millones / A La Palma, no ha llegado / Ni un euro, y eso que Sánchez / Entre lágrimas y llantos / Prometió que llegarían / Con carácter inmediato. / Pero en veinticuatro horas / Ha dado a los Sindicatos, / Lo que le niega a La Palma, / Lo que retrasa, taimado, / A nuestras Fuerzas del Orden
En las atlánticas costas,
En los nortazos cantábricos,
En los mares más tranquilos
Del azul Mediterráneo,
En el Golfo de Vizcaya,
En el Finisterre bravo,
En las calas baleares,
En los enigmas canarios,
En el Mar Menor de Murcia,
En nuestro Estrecho usurpado
Por una Bandera extraña
Cubriendo el Peñón amado…
Se han reunido contritos
Y bastante preocupados,
Langostas y bogavantes,
Centollos, quisquillas, cámbaros,
Almejas y berberechos,
Toda suerte de bivalvos,
Cigalas y langostinos,
Camarones… consternados,
Que han sabido de repente
Que cien millones de pavos,
Que cien millones de euros,
Por capricho y por regalo
De Sánchez y sus compinches
Se irán a los Sindicatos.
Bien conocen los mariscos
Lo que Ugeté y sus hermanos
De Comisiones Obreras,
Sin prudencia y sin recato
Son capaces con dineros
Procedentes del Estado.
No quedará una langosta
En los nortazos cantábricos,
Ni una cigala en Sanlúcar
O en el onubense Atlántico,
Ni un centollo, ni una almeja,
En su azul Mediterráneo.
Todos, de cola y de concha,
Terminarán ensamblados
En los duodenos, yeyunos
Y estómagos proletarios,
No de los trabajadores,
Y sí del montón de vagos
Que dirigen sin pegar
Al agua ni un solo palo,
A Comisiones Obreras
O Ugeté, que monta tanto,
Tanto monta, como dicen
De Isabel y de Fernando.
De los doscientos millones
A La Palma, no ha llegado
Ni un euro, y eso que Sánchez
Entre lágrimas y llantos
Prometió que llegarían
Con carácter inmediato.
Pero en veinticuatro horas
Ha dado a los Sindicatos,
Lo que le niega a La Palma,
Lo que retrasa, taimado,
A nuestras Fuerzas del Orden,
Lo que concede encantado
A sus socios catalanes
Y a los terroristas vascos
A cambio de los apoyos
A sus Presupuestos fatuos.
Y los mariscos se miran,
Perplejos y obnubilados
Y se preguntan heridos
Unos a otros sin descanso:
¿Por qué Sánchez, cien millones
Regala a los Sindicatos?
Las costas de España tiemblan
Lo que jamás han temblado.
Los mariscos ya se ven
En la plancha cocinados
O hervidos y bien cocidos
Y servidos en los platos
Para calmar los estómagos
En los grandes sindicatos,
Ora en el norte, en el centro,
O en el sur, suena el sobrado
De cáscaras y de conchas
De mariscos bien pagados
Por los fondos europeos
Que a La Moncloa han llegado.
Un «Falcon» rompe las nubes,
Mientras el mar, vaciado,
Llora de luto y de ira
Por sus mariscos zampados
Por la golfa chulería
Del europeo regalo.
¿«Quo Vadis» rica langosta?
–Pues nada, a los Sindicatos.
En los nortazos cantábricos,
En los mares más tranquilos
Del azul Mediterráneo,
En el Golfo de Vizcaya,
En el Finisterre bravo,
En las calas baleares,
En los enigmas canarios,
En el Mar Menor de Murcia,
En nuestro Estrecho usurpado
Por una Bandera extraña
Cubriendo el Peñón amado…
Se han reunido contritos
Y bastante preocupados,
Langostas y bogavantes,
Centollos, quisquillas, cámbaros,
Almejas y berberechos,
Toda suerte de bivalvos,
Cigalas y langostinos,
Camarones… consternados,
Que han sabido de repente
Que cien millones de pavos,
Que cien millones de euros,
Por capricho y por regalo
De Sánchez y sus compinches
Se irán a los Sindicatos.
Bien conocen los mariscos
Lo que Ugeté y sus hermanos
De Comisiones Obreras,
Sin prudencia y sin recato
Son capaces con dineros
Procedentes del Estado.
No quedará una langosta
En los nortazos cantábricos,
Ni una cigala en Sanlúcar
O en el onubense Atlántico,
Ni un centollo, ni una almeja,
En su azul Mediterráneo.
Todos, de cola y de concha,
Terminarán ensamblados
En los duodenos, yeyunos
Y estómagos proletarios,
No de los trabajadores,
Y sí del montón de vagos
Que dirigen sin pegar
Al agua ni un solo palo,
A Comisiones Obreras
O Ugeté, que monta tanto,
Tanto monta, como dicen
De Isabel y de Fernando.
De los doscientos millones
A La Palma, no ha llegado
Ni un euro, y eso que Sánchez
Entre lágrimas y llantos
Prometió que llegarían
Con carácter inmediato.
Pero en veinticuatro horas
Ha dado a los Sindicatos,
Lo que le niega a La Palma,
Lo que retrasa, taimado,
A nuestras Fuerzas del Orden,
Lo que concede encantado
A sus socios catalanes
Y a los terroristas vascos
A cambio de los apoyos
A sus Presupuestos fatuos.
Y los mariscos se miran,
Perplejos y obnubilados
Y se preguntan heridos
Unos a otros sin descanso:
¿Por qué Sánchez, cien millones
Regala a los Sindicatos?
Las costas de España tiemblan
Lo que jamás han temblado.
Los mariscos ya se ven
En la plancha cocinados
O hervidos y bien cocidos
Y servidos en los platos
Para calmar los estómagos
En los grandes sindicatos,
Ora en el norte, en el centro,
O en el sur, suena el sobrado
De cáscaras y de conchas
De mariscos bien pagados
Por los fondos europeos
Que a La Moncloa han llegado.
Un «Falcon» rompe las nubes,
Mientras el mar, vaciado,
Llora de luto y de ira
Por sus mariscos zampados
Por la golfa chulería
Del europeo regalo.
¿«Quo Vadis» rica langosta?
–Pues nada, a los Sindicatos.