Nel cielu
Resulta urgentísimo que el Principado, con su presidente a la cabeza, abra el bolsillo y la chequera para proceder a la unificación de tan culto e interesante idioma, que hablan en torno a sesenta mil paisanos –y paisanas–, en Asturias
Me envía un gran amigo, cuyo único defecto es su pertenencia a la Orden de San Huberto, con capa y todo, un recorte de prensa con la columna firmada por «Borja», un instruido cachondo mental del Principado de Asturias. El autor nos regala las tres versiones del Padrenuestro en asturiano, las correspondientes al Asturiano Occidental, el Asturiano Central y el Asturiano Oriental. El escritor llega a la conclusión que un tal Daniel Ripa, dirigente astur de Podemos, lo que busca es «puestinos» de trabajo para sus correligionarios carotas, unos cien o doscientos, que serán los encargados de unificar el bable con un sueldo de 2.000 a 3.000 euros al mes. Porque efectivamente, como demuestra «Borja», existen tres bables diferentes y es necesario unificarlos para que el mundo asuma tan penetrante y universal idioma. En Asturiano Occidental, de Oviedo a Vegadeo, se reza así el Padrenuestro: «Pái nuesu que tas nel cielu, sentificáu sía´l tou nome. Amiye´l tou reinu, fágase la túa voluntá lo mesmu la tierra cumo en cielu. El nuesu pan de todoslos días, dánoslu güei, ya perdónanos las nuesas ofensas lo mesmu que nós facemos conos que nos faltanon. Ya nun nos deixes cayere na tentación, ya llíbranos del mal. Amén».
Esta versión en bable occidental no coincide, lamentablemente con la del bable central, que resulta más complicada para la comprensión de los fieles cristianos, entre los que no se encuentra el promotor, Daniel Ripa, que cuenta con el apoyo del presidente socialista del Principado. En el Asturiano Central, que ocupa la zona más extensa de Asturias, el Padrenuestro es como sigue: «Pá nuesu que tas nel cielu. Santificáu seya´l to nome. Amiye´l to reinu, fáigase la to voluntá lo mesmo na tierra qu´en cielu. El nuesu pan de tolos dies, dánoslu güei y pedónamos las nueses ofenses lo mesmo que nís facfemos colos que mos faltáren. Y nun mos dexes cayer na tentación, y llíbranos del mal, Amén.»
Como imperfecto cristiano y católico practicante, no libre del pecado, la versión del bable central me atrae y emociona aún más que la del bable occidental. Pero hay una tercera versión, la del Asturiano Oriental, que cubre e impera desde Oviedo y Gijón hasta Bustio, pasando por Villaviciosa, Colunga, Ribadesella, Llanes, Pendueles y La Franca hasta alcanzar Bustio, frontera con La Montaña de Cantabria. Y es la siguiente:
«Padre nuestru que tas nel cielu, santificáu seya´l tu nome. Amiye´l tu reinu, hágase la tu voluntá lu mesmu ena tierra qu´en cielu. El nuestru pan de tolos diez dánoslu hoy, y perdónanos les nuestres ofenses lu mesmu que nosotros hacemos colos que nos faltaren. Y nun nos dexes cayer ena tentación, y llíbranos del mal. Amén.»
Definitivamente me quedo con esta tercera versión, la del Asturiano Oriental. Porque así como en las del Asturiano Occidental y Central «hoy» se dice «güei», que despista mucho a los que hablamos el modesto español o castellano, en el Asturiano Oriental, «hoy» se dice hoy, y eso nos ayuda a saber a qué atenernos.
Pero resulta urgentísimo que el Principado, con su presidente a la cabeza, abra el bolsillo y la chequera para proceder a la unificación de tan culto e interesante idioma, que hablan en torno a sesenta mil paisanos –y paisanas–, en Asturias, y que reclaman con todo el derecho del mundo tener un idioma unificado, una misma lengua, para que el asturiano de Cudillero, Avilés y Noreña hablen su idioma ancestral de la misma manera que los de Arriondas, Caín, y los localismos anteriormente mencionados del Asturiano o bable Oriental.
Aquí se van a forrar algunos, pero la Cultura –con mayúscula–, manda y simultáneamente obedece.
Impresionante.