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Los 600.000.001

A los 600 millones de hispanohablantes se ha incorporado uno más. Ya somos 600.000.001, sumando al niño de 5 años que los salvajes quieren apedrear

Cuando el Real Madrid visita Barcelona el aldeanismo se encrespa. En el «Palau Blaugrana», durante el partido retransmitido por televisión a todo el mundo, se leía en una gran pancarta estratégicamente situada. «Bienvenidos a la República Catalana». Es sabido que el club barcelonista está inmerso en el procés y la independencia, que el presidente, Joan Laporta, es independentista y que la Generalidad celebra la exhibición de mensajes antiespañoles. Quizá le faltaba a la pancarta una puntualización:

«Bienvenidos a la República Catalana de los 7 segundos». Lo que no se entiende es que la FIBA, la Federación Internacional de Baloncesto, permita la exhibición de ese tipo de mensajes dirigidos contra una nación que pertenece desde su principio a la Asociación. En ese aspecto, la UEFA futbolera es más tajante que la FIBA canastera. Y menos mal que ganó el Barcelona, pues de haber perdido, todos los paletos iracundos por la derrota se habrían desplazado hasta Canet del Mar para apedrear la casa del niño y de la familia del niño que ha puesto en ridículo a la Generalidad de Cataluña, a los catalanes supremacistas, a los camisas pardas, a los separatistas odiadores y al mismo Gobierno de España, que no ha mostrado ningún interés en defender a un niño de cinco años acosado por la Generalidad, el Consejero de Educación, los partidos independentistas, el Mozo de Escuadra violento y el silencio del Gobierno de Sánchez, que aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, ha usado el Falcon y el Superpuma en 54 ocasiones durante los últimos treinta días. Pedazo de granuja. Sorprendente la declaración del inane Defensor del Pueblo, el fracasado electoralmente Gabilondo, que blando y temeroso, ha manifestado algo despreciable en referencia al niño acosado, insultado y apedreado, esto último verbalmente. «De lo que hemos conocido hasta ahora, yo digo que no hemos conocido lo que tenemos que conocer para poder tomar una resolución». Ángel Gabilondo, el gran cobarde, siempre equidistante, con el tímido cinismo del malvado y la ausencia de coraje para defender a un niño amenazado por las instituciones catalanas. Sin pretender compararlo con el viejo y mítico don Mariano, Duque de Osuna, embajador de Isabel II en San Petersburgo, se le puede aplicar una observación de Juan Valera a su flácido carácter: «Las venas, con poca sangre; los ojos, con mucha noche».

Simultáneamente, en la sede de la Real Academia Española, con la presidencia de los Reyes, se celebraba el septuagésimo aniversario de la Asociación que reúne a las 23 Academias de la Lengua Española existentes en el mundo. En palabras del Rey, « el idioma español es el valor que más nos identifica y hace grandes a nuestras naciones». El Director de la RAE, don Santiago Muñoz Machado, recalcó que «el español es indiscutible en América, y sería curioso que en España hubiera que protegerlo por ley». El español, ese maravilloso idioma que hablan en el mundo seiscientos millones de personas, está amenazado en un pequeño territorio de España situado en el nordeste de su mapa. Todo el respeto al catalán, idioma minoritario, que se habla menos que el guaraní, pero es parte cultural de España y Cataluña. Respeto que los nazis catalanes no conceden a los que allí, en España, desean estudiar y hablar en español, ese idioma que según la Constitución tienen el derecho a usar y el deber de saber todos los españoles. Pobres paletos.

A los 600 millones de hispanohablantes se ha incorporado uno más. Ya somos 600.000.001, sumando al niño de 5 años que los salvajes quieren apedrear.