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España les importa una higa

En la escala de valores del Gobierno socialcomunista que padecemos, la acuicultura tiene precedencia sobre la soberanía nacional

Con este Gobierno, cada día nos depara una sorpresa, nunca positiva. La última ha sido el que consideren que la soberanía nacional depende de las comunidades autónomas. El asunto que ha descubierto este nuevo enfoque del Gobierno Sánchez ha sido el incidente bilateral con Marruecos por la colocación de unas piscifactorías en aguas españolas, en concreto las de las Islas Chafarinas, a unos 700 metros de la mayor de éstas, la Isla del Congreso. Una vez más, Marruecos violando la soberanía de las aguas españolas. Al fin el Gobierno ha aclarado por medio de una respuesta parlamentaria que «las competencias en materia de acuicultura recaen en las comunidades autónomas que son, por tanto, las autoridades competentes a la hora de autorizar dichas instalaciones». Es decir, en la escala de valores del Gobierno socialcomunista que padecemos, la acuicultura tiene precedencia sobre la soberanía nacional.

Como es habitual, en una noticia como ésta se mezclan la incompetencia con el desconocimiento enciclopédico de quienes nos gobiernan. Como bien ha explicado Ignacio Cembrero en El Confidencial, esta respuesta es un dislate porque prueba que quien lo redactó desconoce hasta el estatuto jurídico de ese archipiélago español. Porque las competencias de acuicultura en esas islas del mar de Alborán no pueden ser de ninguna comunidad autónoma por la sencilla razón de que las Chafarinas no pertenecen a ninguna comunidad: ni a Melilla, ni a Andalucía, ni a nadie. Aunque el Gobierno no lo sepa, no toda España está en manos de las autonomías. Hay algunos territorios que dependen directamente de la administración central del Estado. Y las Chafarinas son uno de ellos, como también lo son el Peñón de Vélez de la Gomera, Alhucemas o la isla Perejil que todos recordamos.

Como sin duda puede aclarar la ministra de Defensa, Margarita Robles, al iletrado que ha redactado la respuesta parlamentaria, el papel central de la administración de las Islas Chafarinas lo desempeña ese Ministerio y las islas figuran como propiedad del Ministerio de Defensa. Cualquiera que desee entrar allí debe pedir permiso a Defensa. Como cuando queremos entrar en casa de alguien hay que pedir permiso al propietario. Pues nada, la acuicultura marroquí tiene propiedad sobre la soberanía española y Defensa ya no está para defender la soberanía en un territorio que es de su propiedad.

Porque lo peor de esta historia no es lo iletrados que son algunos de los que nos gobiernan. Lo peor es que de verdad estuvieran dispuestos a que algo que afecta a la violación de la soberanía nacional quedara en manos de las comunidades autónomas. Lo único bueno es que eso nos señala el camino que está por venir. Esta gentuza nunca moverá un dedo por defender la españolidad de esos territorios –a ver qué pasaría hoy con otro Perejil– y después con Ceuta, Melilla y hasta las Islas Canarias.

Hay ocasiones en que uno intenta quitarse de encima una piscifactoría pasándole el muerto a otro y lo que se descubre es que España les importa una higa. Lo que, por otra parte, hemos sabido desde el primer día. Pero aquí no dimite nadie.