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Así te manipulan (y encima pagas)

Burdo ocultamiento en la televisión pública española de una condena de siete años a un consejero del PSOE de la trama de los ERE

Probablemente muchos de ustedes desconocen que el mes pasado dimitió el secretario general de UGT en Madrid. ¿Por qué? Pues abochornado por una investigación sobre si alguien del sindicato chorizó un millón de euros procedentes del Fondo de Garantía Social. La sospechosa es una auxiliar administrativa, para más señas, hija de una diputada socialista de la Asamblea de Madrid. ¡Ole! ¿Por qué apenas se ha hablado de este caso? ¿Por qué los periodistas no le preguntan por el asunto en sus ruedas de prensa a Pepe Álvarez, el líder de UGT de la florida vestimenta y el corazón nacionalista catalán? Pues porque se trata de una corrupción de izquierdas, lo que lleva aparejado que el interés mediático cae en picado.

Este viernes ha sucedido algo políticamente grave. Antonio Fernández, exconsejero de Empleo andaluz del PSOE, ha sido condenado a siete años de cárcel dentro del gran escándalo de los ERE, el mayor robo político de nuestra democracia. Este dirigente socialista ya tenía encima una pena de ocho años, también por robar el dinero de los parados.

Cabe recordar que Sánchez esgrimió la corrupción del PP en el caso Gürtel para justificar su moción junto a los separatistas con que echó a Rajoy en 2018. La Gürtel era para él «corrupción estructural». En cambio, el latrocinio a manos llenas del dinero de los currelas por parte de PSOE y UGT son solo casos puntuales, sin mayor recorrido. Lo cierto es que está probado que en los ERE se robaron 700 millones de euros a través de un entramado creado desde la Junta, parte de la red clientelar que hizo posible la larguísima hegemonía del socialismo andaluz.

Tal y como debe ser, TVE ha cubierto con todo detalle las andanzas de Bárcenas y todos los casos de corrupción del PP, algunos ciertamente muy graves. ¿Y cómo ha informado de la condena a siete años de cárcel del consejero del PSOE? En primer lugar, omitiendo en todo momento que se trataba de un cargo socialista, o que el caso guardaba relación con el PSOE. En segundo lugar, omitiendo la noticia en los sumarios en el Telediario de las tres de la tarde y relegándola al minuto 20. Pero sin hacer siquiera una información bien armada, simplemente con la locutora hablando 20 segundos sobre unas imágenes (lo que en el gremio televisivo se denomina «unas colas», un apunte menor). Es evidente: si le hubiesen caído siete años de trena a cualquier alcaldillo del PP madrileño salpicado por la Gürtel habría habido una fiesta en TVE. La cadena pública hoy opera como otro apéndice más del Gobierno de Sánchez (para disgusto de muchísimos de sus profesionales, excelentes periodistas asqueados con estas prácticas).

Así nos manipulan, con esta zafiedad carente del menor disimulo. Pero por encima nos obligan a pagar por ello. Esta televisión que rema al servicio del Partido Socialista la costeamos todos con nuestros impuestos, sea cual sea nuestro credo ideológico. He seguido varios años la BBC y las polémicas que la han rodeado. Si el canal público británico hubiese hecho la mitad de lo que hizo este viernes TVE con las condenas de los ERE, allí habrían rodado cabezas directivas. Aquí cuando corres un riesgo serio de que te echen es si no adulas a Sánchez con la debida emoción. Qué lastima que el país esté adormilado y tolere que se desvirtúe así la democracia, que no consiste tan solo en votar de cuando en vez.

(PD: Y ya no es solo TVE. Periódicos de supuesta derecha escamoteaban ayer tarde la noticia del consejero socialista condenado sumiéndola en las simas de sus webs. Sánchez manda mucho y hay que navegar... Eso sí, luego grandes lecciones magistrales de periodismo. Una coña).