Bienvenidos a la «Sanchezdemocracia»

La democracia es una quincalla vetusta. Una fruslería conservadora de antaño. Así que bienvenidos todos y todas a la «Sanchezdemocracia». Nuevos tiempos, nuevas reglas:

1.-La oposición debe achantar y aplaudir todas las iniciativas del Gobierno «progresista, feminista y ecologista». Si el Líder Supremo de la «Sanchezdemocracia» reparte arbitrariamente los fondos europeos para primar a sus amiguetes, la oposición que ose a criticarlo será tachada de antipatriota. Si el Líder Supremo acomete una reforma laboral que no hacía ninguna falta solo para satisfacer a sus aliados de extrema izquierda, la oposición debe apoyar la iniciativa, o será tachada de antipatriota, desleal y reaccionaria.

2.-En las ruedas de prensa solo podrán preguntar los palmeros gubernamentales (acaso cada cuatro semanas se tolerará una preguntilla de algún díscolo, por aquello del que no se diga…).

3.-Los jueces independientes y los medios críticos serán catalogados como «ultras», o «fascistas».

4.-El Parlamento es un adorno, que no debe interferir en el sosiego del Líder Supremo, que comparecerá solo cuando le plazca, aunque estemos inmersos en una crisis internacional que él mismo califica de «muy crítica».

5.-La corrupción solo importa si es de derechas. Si acusan a Errejón de patear a un vecino de Lavapiés, si UGT colecciona condenas por robar fondos de los currantes, si a un consejero andaluz le meten siete años de trullo por los ERE, si los ministros de Podemos colocan como «asesores» a una tropa de amiguetes para que chupen del bote… Todo eso son burdas difamaciones de la ultraderecha, que no merecen mayor comentario.

6.-El CIS no está para hacer encuestas. El CIS está para ayudar al PSOE a ganar las elecciones manipulando las encuestas a cargo del erario público. Y si un tipo que hasta anteayer era vicepresidente del Gobierno es pillado confesando vía «Telegram» que las encuestas del CIS están cocinadas y que él recibe los guisos de Tezanos por anticipado, aquí no pasa na. (Por menos cayó el canciller de Austria).

7.-Los derechos y libertades de los españoles no deben convertirse en un obstáculo que impida al Líder Supremo brillar como a él le gusta. Por eso si el Tribunal Constitucional lo condena cuatro veces por sus abusos contra las libertades durante los estados de alarma, aquí no pasa na (al viejo Mariano le habría costado la cabeza, por supuesto, con la tele al rojo vivo echando llamas y el tertulianismo zurdo inmolándose a lo bonzo en señal de protesta).

8.-La televisión pública española, TVE, es un instrumento más del Gobierno. Su primera misión es velar por la buena imagen del Líder Supremo y la pervivencia de la «Sanchezdemocracia».

9.-En la «Sanchezdemocracia», Bildu (la ETA civil) y ERC (el partido del golpista y xenófobo Junqueras) son buenos. El PP y Vox, defensores del orden constitucional y la unidad de España, son graves perversiones políticas. Jamás deben gobernar y debemos protegernos de su infección con un «cordón sanitario».

10.-En la «Sanchezdemocracia», la  libertad de expresión será respetada escrupulosamente. Raperos difamadores, separatistas histéricos, fans de los sicarios de ETA y la eximia Adriana Lastra podrán soltar impunemente burradas de todo calibre contra la Corona, las víctimas de ETA o la Iglesia Católica. Pero rezar ante un negocio abortista, colgar unos carteles educados en defensa de la vida, o simplemente sostener que el hecho bilógico existe y que hay hombres y mujeres, será objeto de una rauda censura por parte de las autoridades de la «Sanchezdemocracia», que velan para que nada perturbe el imperio de pensamiento único. La Historia de España solo se podrá estudiar con orejeras, acorde a la visión obligatoria elegida por el Líder Supremo. La enseñanza de la Religión católica se proscribirá, aunque está en la médula de lo que es España y es la fe de más de la mitad de la población. Las leyes que protegen la enseñanza del español serán agua de borrajas en dos regiones, donde el imperio de la ley ha de ponerse entre paréntesis, porque así le conviene al Líder Supremo para mantener el delirante tinglado que lo sostiene.

¿Exagero? Abran los ojos. Basta con ver cualquier telediario.