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EDUCACIÓN EN LIBERTAD
Carmen Sánchez Maillo

Un hecho consumado: contenidos de educación afectivo-sexual en las aulas

Los ministerios de Educación y Sanidad trabajan conjuntamente para que una educación afectivo-sexual sesgada por la ideología de género quede incluida de manera transversal en todas las etapas educativas. La LOMLOE contempla la asignatura Educación en Valores Cívicos, como una asignatura similar en intenciones y contenido a la antaño denominada Educación para la Ciudadanía. La ley orgánica no especifica los contenidos de salud sexual a impartir, ni tampoco si éstos quedarán incluidos dentro de una asignatura de Educación en Valores Cívicos, o si se llevará a cabo de otra manera –con horas lectivas propias o a través de otras asignaturas–. Lo que sí afirmó, la titular de educación antes de la aprobación de la ley, es que uno de los pilares del proyecto era el fomento, en todas las etapas, del «aprendizaje de la igualdad efectiva entre hombres y mujeres, la prevención de la violencia de género y el respeto a la diversidad afectivo-sexual».

Resulta ingenuo esperar para conocer cómo se va a implementar los contenidos de educación afectivo sexual en las aulas. Una pista sólida la ofrecen varios programas implantados ya por diferentes Consejerías de Educación algunos de ellos declarados nulos por la justicia. Éstos se imparten de forma puntual o bien en ciertas etapas, puesto que, al no ser todavía obligatorios, depende de cada centro educativo ofrecerlos o no. Algunas CC.AA. vienen impulsando proyectos piloto y guías que incluyen contenidos muy explícitos y detallados de Educación afectivo-sexual. El más polémico el de Navarra, el programa denominado Skolae, que la ministra Celaá calificó como «imprescindible». Este proyecto ha sido acusado de adoctrinar con contenidos propios de la ideología de género y de promover juegos eróticos infantiles para niños de 0 a 6 años, dentro de lo denominan como «reconocimiento de la sexualidad infantil desde el nacimiento». Dicho programa fue anulado por el Tribunal Superior de Justicia de Navarra, anulación confirmada por el Tribunal Supremo.

Otro ejemplo, en Cataluña se ha venido impulsando un programa piloto sobre educación afectivo-sexual impartido en más de 300 colegios e institutos públicos desde 3º de primaria hasta 4º de la ESO. El objetivo del programa es ayudar a los centros a trabajar aspectos de perspectiva de género y de sexualidad de forma explícita. A estos efectos, en el año 2015 se publicó la guía «Abrazar la diversidad: propuestas para una educación libre del acoso homofóbico y transfóbico». Esta guía cuenta con un desarrollo de: conceptos, buenas prácticas, recomendaciones, multitud de recursos didácticos, y anexos descargables para formación del profesorado. Numerosos colegios e institutos públicos instaron a su cuerpo docente para que acudiera a cursos de formación en el marco de esta guía publicada ya hace casi siete años. Las guías y programas mencionados coinciden en incluir categorías propias de la ideología de género tales como: el género, los roles de género, los estereotipos de género, el sistema sexo/género, la identidad sexual, la orientación sexual, etc. Los contenidos mencionados ya se han impartido bien en tutorías de grupo o bien de forma individual, muchas veces sin consentimiento previo de los padres, de este modo, las familias se encuentran como un hecho consumado: la exposición de sus hijos a estos materiales no lectivos que constituyen un adoctrinamiento en las teorías de género.

El objetivo del Gobierno de Pedro Sánchez y el espíritu de la LOMLOE es que estos contenidos afectivo-sexuales fuertemente contaminados de ideología de género se expliquen en todos los centros educativos. ¿Cuál es el instrumento legal? El artículo 25.7 de la LOMLOE señala: «En algún curso de la etapa todos los alumnos y alumnas cursarán la materia de Educación en Valores cívicos y éticos. En dicha materia, que prestará especial atención a la reflexión ética, se incluirán contenidos referidos al conocimiento y respeto de los Derechos Humanos y de la Infancia, a los recogidos en la Constitución española, a la educación para el desarrollo sostenible y la ciudadanía mundial, a la igualdad de mujeres y hombres, al valor del respeto a la diversidad y al papel social de los impuestos y la justicia fiscal, fomentando el espíritu crítico y la cultura de paz y no violencia».

En definitiva, este gobierno busca con el pretexto de los ambiguos enunciados anteriores adoctrinar según las pautas de la ideología de género a la población menor de edad, que no tiene criterio propio, ni defensa en el aula frente a estos contenidos, ofrecidos sin necesidad de contar con la autorización de la familia.

Con el objetivo de defender el derecho a la libertad de educación, evitar el adoctrinamiento y preservar la neutralidad de la escuela, en algunas comunidades autónomas VOX ha propuesto la medida denominada «pin parental». Esta es una medida que refuerza la libertad educativa puesto que confiere a los padres el derecho de vetar la asistencia de sus hijos a actividades complementarias que estén fuera del currículo formal, como la educación afectivo sexual que no es competencia de la escuela.

Es preciso evitar que los niños españoles reciban una formación contraria a sus convicciones religiosas o morales de sus padres con el aval de la escuela. Transgredir este derecho fundamental de los padres es, sin duda, una pendiente inclinada para destruir un consenso social, político e histórico en la sociedad española, son los padres los que educan estas cuestiones y no el Estado a través de la escuela. Imponer una agenda ideológica a la escuela es degradar la educación y la vida social y política española.

  • Carmen Sánchez Maillo es investigadora del Grupo de investigación LIDERU