Biden y la Belarra
El que ha errado ha sido Sánchez. Después de presumir de haber llamado a Zelenski, el propio Zelenski se ha olvidado de mencionarlo en su agradecimiento a los dirigentes europeos
En La Vanguardia de Godó, se han enfadado mucho con Borrell. Por una vez que Borrell dice algo sensato y verídico, el periódico del Grande de España y Pequeño de Cataluña al servicio de la Generalidad, se manifiesta profundamente herido. «Los ucranianos –ha declarado Borrell–, están resistiendo y, gracias a Dios, Zelenski no es un líder que huya escondido en un coche». No sólo no huye escondido en el maletero de un coche como el «heroi de Girona o Titá del Maleter», sino que se enfrenta a la invasión de uno de los ejércitos más poderosos del mundo.
Puigdemont huyó de Cataluña de un Ejército inexistente y de una Guardia Civil y Policía Nacional con órdenes expresas de no hacer pupa a nadie.
La comparación es acertada y en La Vanguardia saben que Borrell no ha errado el dardo en la diana ni un milímetro.
El que ha errado ha sido Sánchez. Después de presumir de haber llamado a Zelenski, el propio Zelenski se ha olvidado de mencionarlo en su agradecimiento a los dirigentes europeos. Sánchez, enfadado por haber sido sorprendido en enaguas silvestres haciendo pipí en el estanque de los cisnes monclovinos, se ha opuesto a enviar armas a la heroica resistencia ucraniana. Consecuencia de la advertencia de Yolanda Díaz, Ione Belarra, Irene Montero, Alberto Garzón y demás comunistas de su Gobierno. El único Gobierno de la Europa libre con posaderas de comunistas sentadas en el Consejo de Ministros. Por el contrario, han anunciado el inminente envío de armas a Ucrania, Alemania, Bélgica, Croacia, Dinamarca, Francia, Letonia, Luxemburgo, Países Bajos, Suecia, Estonia, Eslovaquia, Italia, Portugal y Polonia. España no lo hace por una tal Belarra, que en nombre del resto de sus compañeros gobernantes comunistas, se lo ha prohibido a Sánchez. Y esa birria es lo que tenemos los españoles de presidente del Gobierno. Eso sí, hemos enviado a Ucrania cascos, chalecos y toda suerte de esparadrapos.
Las confusiones crean otras confusiones. El presidente de los Estados Unidos de América, que también va a enviar armas a Ucrania, ha convocado en Washington una gran reunión de dirigentes del mundo occidental para consolidar la posición común frente a la invasión rusa de Ucrania. Y no ha invitado a Sánchez, presidente del Gobierno de una nación que forma parte de la OTAN, de la Unión Europea y de la ONU. Se comenta en la Casa Blanca, que Biden ha prescindido de Sánchez por dos motivos: porque no se fía de Sánchez y porque no manda. «Si hay que invitar a un gobernante español, que venga el que manda, no el que obedece». Y es muy probable que la Belarra reciba la invitación en las próximas horas. El problema es que la Belarra sólo habla en español y en vascuence batúa, y no sabe ni patata de inglés. En Podemos le han procurado, por si recibe el plácet de la Casa Blanca, un volumen de aprendizaje meteórico de inglés básico. Y según mis fuentes podemitas, ya ha estudiado y aprobado con nota la lección primera. My tailor is rich.
No sirve para nada, pero da el pego, y dar el pego es algo que en Podemos se domina.
Sánchez está tan dolido con Biden como La Vanguardia con José Borrell, y le ha dicho a la Belarra que, de ser invitada como representante de España a la gran reunión, se tiene que pagar los billetes de avión y la estancia en Washington. Que con él no se juega. Y la Belarra le ha respondido que, de recibir la invitación, viajará en el avión transoceánico del Ejército del Aire, y con el catering que ella elija. Cigalas cocidas, solomillos de ternera, jamón 5 Jotas, Reserva de Riscal y champagne francés. Y se lo ha dicho con tanta autoridad, que Sánchez ha replicado con humilde obediencia. «Vale, vale Ione, lo que tú mandes».
Pero, o mucho me equivoco, o esa invitación no se va a recibir, y la gran reunión del mundo libre se va a celebrar sin representantes del Gobierno de España. Sería como invitar a Putin a una reunión contra Putin. Y Biden está gagá, pero no tanto.