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¡Rusia es culpable!

Las calles de Bucha son la mejor prueba de quién rememora a los nazis. Pero los nazis de la escuela más abyecta, la de las SS

Tengo bastantes amigos diplomáticos, tanto españoles como de otras nacionalidades. La imagen tópica de los mismos es que son seres que llevan una vida ociosa de cóctel en cóctel. Alguno habrá, supongo. Muchos otros son auténticos héroes en tiempos de guerra. Ejemplos conocemos, desde el último embajador de España en Afganistán, Gabriel Ferrán Carrión, hasta Perico de Arístegui, muerto en el Líbano. Más complicada debe de ser, de otra forma, la labor de los embajadores que tienen que representar a un país agresor. Ése es el caso del embajador de Rusia en Madrid, Yuri Korchagin. Es un diplomático que ya lleva muchos años destinado en España y ha hecho una extensa red de conexiones y amigos entre los que no me encuentro, afortunadamente. Como tantos otros he sido invitado a almorzar mano a mano por él una vez, en mi caso en el viejo Zalacaín. Pero nunca he dejado de describir a Vladímir Putin como un tirano. El arriba firmante lleva sosteniendo esa tesis desde hace lustros y soportando con cristiana resignación las loas al asesino cantadas por Juan Manuel de Prada.

A mí no me sorprendieron nada las declaraciones hechas ayer por el embajador ruso a Carlos Herrera en la COPE, porque son la mejor demostración de cómo es nuestro enemigo, el régimen que representa Korchagin. Es una dictadura en la que la libertad de expresión está perseguida y como diría Jean François Revel, la mentira es la más grande de las fuerzas que mueven el régimen. El problema es que en una democracia los medios de comunicación pueden salir a denunciar las mentiras. Pero en una dictadura como la de Putin, lo primero que han hecho es procurar quitarse de encima a todos los medios libres, tanto rusos como extranjeros.

Yo no me puedo creer que Korchagin de verdad se crea que toda la matanza de Bucha es un montaje, una gran mentira. Las fotos satelitales que la Administración norteamericana ha filtrado al New York Times son pruebas irrefutables. Pero es que decir que el Gobierno de Zelenski ha podido asesinar a sus ciudadanos con las manos atadas a la espalda para después echar la culpa a Rusia es estar absolutamente desesperado y sin argumentos. ¿Qué Gobierno podría sobrevivir entre su población después de una barbarie así? Eso sólo puede hacerlo un invasor que no aspira a una presencia continuada. Como ha publicado The Times de Londres y hemos reproducido en El Debate, se sabe hasta el nombre y grado del oficial ruso que ha dirigido la matanza: el teniente coronel Azatbek Omurbekov, comandante de la 64ª Brigada Separada de Fusileros Motorizados. Seguro que confrontado con este dato, el embajador Korchagin negará incluso que existe la 64ª Brigada Separada de Fusileros Motorizados. La mentira es la más grande de las fuerzas que mueven el régimen de Putin. Repitámoslo hasta la extenuación.

Putin nos dijo que iba a Ucrania a desnazificar el país. Todos sabíamos desde el principio que esa era una proclama propagandística sin el más mínimo fundamento. Las calles de Bucha son la mejor prueba de quién rememora a los nazis. Pero los nazis de la escuela más abyecta, la de las SS.

En mi familia los falangistas han brillado por su ausencia, pero por una vez quiero recuperar el grito lanzado a la multitud por Ramón Serrano Suñer el 24 de junio de 1941 desde el balcón de la secretaría general del Movimiento en la calle Alcalá: «¡Rusia es culpable!» (Con perdón por la autoría de la cita).