Fundado en 1910

Mayor Zaragoza ha resucitado

Lo del exaltado pasado falangista es una losa de la que es muy difícil librarse. Y si para intentarlo hay que alinearse con los comunistas de todos los partidos, Putin incluido, allí estará encabezando la manifestación. No podía fallar

Como ha informado El Debate, se ha generado un manifiesto con el original título de «¡Paz ya!» en relación con la invasión de Ucrania perpetrada por Vladímir Putin. Lástima que a sus muchos y reconocidos promotores se les haya olvidado mencionar quién ha perpetrado la agresión asesina. Todos estos promotores de la «¡Paz ya!» son grandes defensores de la agresión. Porque una paz ya, sin condiciones, implicaría que Ucrania ha perdido un territorio sustancial y estratégico en beneficio del agresor. Como perdió en 2014 Crimea. Pero no se hizo nada entonces porque también era necesaria una «paz ya». Victoria para el agresor al que todos felicitan por parar su agresión. Con un par. Nunca piden una paz justa.

En esta ocasión hemos visto en la lista de abajo firmantes habituales a Ione Belarra e Irene Montero, dos ministras que no tienen nada que hacer en el Gobierno salvo cargarse nuestro modelo de sociedad, acompañadas de personalidades internacionales conocidas como Yanis Varoufakis, el fracasado ministro de Finanzas griego que duró seis meses en el cargo antes de que le echaran los suyos por incompetente; el expresidente ecuatoriano Rafael Correa, condenado por la Corte Nacional de Justicia de Ecuador a 8 años de prisión por delito de cohecho y prófugo de la Justicia; al exlíder laborista británico Jeremy Corbyn, que regaló a Boris Johnson una mayoría inimaginable, o a Noam Chomsky, el más sectario de los autores marxistas vivos, además de al exjefe del Estado Mayor de la Defensa española, José Julio Rodríguez, que tiene una verdadera plusmarca mundial a la hora de perder elecciones y ha acabado de secretario general de Podemos en Madrid, sin ningún candidato alternativo a su postulación, loado sea el Señor en toda su grandeza. En resumen, lo mejor de cada casa.

Federico Mayor ZaragozaGTRES

Y entre tanta luminaria, buscando, buscando, ha aparecido un veterano franquista de cuya existencia nos habíamos olvidado, creyéndole ya disfrutando de una vida mejor. Se trata de Federico Mayor Zaragoza, que hace una década, el 12 de enero de 2013, promovía la paz en el País Vasco apoyando a los presos de ETA. Tener cuajo para hacer el recorrido que ha hecho Mayor Zaragoza sólo es posible con una amoralidad absoluta. Quienes hogaño le jalean desde la izquierda prefieren ignorar cómo fue elegido Rector de la Universidad de Granada en 1968: el ministro Villar Palasí quiso hacer un gesto aperturista permitiendo al claustro de Granada votar su Rector y comprometiéndose a designar al más votado. Mayor quedó el tercero. Pero acompañado por su padre –Federico Mayor Domingo, titular de una concesión de Franco para fabricar antibióticos– fue a Madrid a ver al ministro y a denunciar ante él a los dos elegidos en primer y segundo lugar, acusándoles de ser comunistas. Así, el Rector fue él y posteriormente fue nombrado procurador en las cortes franquistas. Llevado por su entusiasmo falangista, el ministro de Educación y Ciencia, Cruz Martínez Esteruelas, lo designó en 1974 subsecretario de Educación. Desde ese cargo, Mayor cerró durante un año –curso 1974-75– la Universidad de Valladolid en la que el Rector había sido alcanzado por el huevo arrojado por un manifestante. Era tan exaltado su falangismo que cuando el 12 de diciembre de 1975 fue nombrado ministro de Educación y Ciencia Carlos Robles Piquer, éste estimó oportuno relevar a Mayor Zaragoza para probar la voluntad de democratizar la Administración. Eso sí, Robles Piquer no tuvo mejor idea que mandarlo a la Comisión Nacional de la Unesco en Madrid, desde donde él haría gran carrera: ministro con UCD, director general de la Unesco, eurodiputado con el CDS, abajo firmante de todo manifiesto antisistema...

Mayor Zaragoza, desde su Fundación Cultura de Paz, apoya hoy a todo dictador habido y por haber. Lo del exaltado pasado falangista es una losa de la que es muy difícil librarse. Y si para intentarlo hay que alinearse con los comunistas de todos los partidos, Putin incluido, allí estará Mayor encabezando la manifestación. No podía fallar.