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HorizonteRamón Pérez-Maura

Menos mal que nos queda Ayuso

Lambán acaba de sufrir la humillación de Sánchez respecto a los Juegos de Invierno: el presidente del Gobierno se alinea en la candidatura conjunta catalano-aragonesa con las aspiraciones del Gobierno del partido independentista catalán frente al partido socialista aragonés

Una de las mayores desgracias que nos surgió a partir de los errores cometidos en la Transición –nunca hay un periodo político perfecto– fue el de entregar la educación a las diferentes comunidades autónomas. Con el germen del nacionalismo brotando, aquello pronto fue por muy mal camino. Y hoy, con el independentismo disparado y Pedro Sánchez dependiendo de él para poder gobernar, lo lógico es lo que estamos viendo: un temario de Historia que deja todo lo ocurrido antes de 1812 fuera de lo que aprenderán los alumnos. Es decir: en Aragón no sabrán quién era su Monarca Fernando el Católico durante cuyo reinado –Tanto monta, monta tanto– se descubrió y conquistó el Nuevo Mundo para llevar allí la palabra de Dios; en el País Vasco no estudiarán quienes fueron Juan Sebastián de Elcano, el que circunnavegó el mundo o Blas de Lezo, el que defendió la puerta del Imperio Español en Cartagena de Indias frente al invasor inglés; en Extremadura nadie les dirá quién fue Francisco Pizarro, el conquistador del Perú o en Castilla-La Mancha el cardenal Francisco Jiménez de Cisneros, el primado de España que fue regente en dos ocasiones.

Esto me lleva a pensar si en esas cuatro comunidades, en las que el Partido Socialista gobierna en solitario o en coalición, esta ley que Pilar Alegría defiende con el entusiasmo que indica su apellido no tendrá un alto coste para su partido. Porque todos sabemos que el PSOE está rindiendo España a los independentistas para que Sánchez disfrute de la Moncloa. Y eso ha funcionado bien mientras sus compañeros de filas no han visto que haya tenido un coste para ellos. Pero todo apunta a que el próximo 19 de junio vamos a ver que el precio en Andalucía es alto. Y si a Juan Espadas le puede parecer que ha pagado un precio muy alto por dejar de ser alcalde de Sevilla para nada, veremos lo que opina Emiliano García Page si se confirma la encuesta de la que informaba ayer El Debate que augura mayoría absoluta al PP con Vox en Castilla-La Mancha o a Lambán, quien acaba de sufrir la humillación de Sánchez respecto a los Juegos de Invierno: el presidente del Gobierno se alinea en la candidatura conjunta catalano-aragonesa con las aspiraciones del Gobierno del partido independentista catalán frente al partido socialista aragonés. Y ahora que vaya Lambán a vender esa mercancía a su electorado en las elecciones autonómicas del próximo año. Se va a forrar.

Afortunadamente, en medio de toda esta tormenta que se lleva España por delante, ha vuelto a surgir el faro de Isabel Díaz Ayuso, ahora respaldada por el presidente de su partido, que no ve en ella un rival si no un pilar en el que sustentarse –para desesperación de El País, el duopolio televisivo y toda la izquierda española–. La Comunidad de Madrid que preside ella ha presentado ante el Tribunal Supremo un recurso al currículo de Bachillerato que ha elaborado el Ministerio de Educación. Y el Partido Popular se ha alineado detrás de Ayuso, como no podía ser de otra forma –aunque en otra época quizá lo hubiera sido–. Y con sentido común, se ha solicitado que mientras el Supremo decide al respecto, el próximo curso los alumnos sigan estudiando el currículo actual, que no puede hacerles ningún daño.

Está visto que a España sólo le puede hacer daño la continuidad de Sánchez.