Muy graciosa
En lo que sí tiene razón Lilith es en los dentistas municipales por distrito. Madrid no los tiene. Y Barcelona es la gran pionera. No termino de entender cómo puede haber crecido y desarrollado Madrid sin los dentistas municipales
Entiendo que mi reconocimiento puede causar estupor. Pero lo escribo como lo siento. Lilith Verstrynge me parece bastante graciosa. Me hace gracia cómo y cuándo dice esas cosas tan divertidas. Su padre no es gracioso. Cuando compitió por la alcaldía de Madrid por Alianza Popular contra Enrique Tierno Galván, el Viejo Profesor le dio un repaso electoral contundente. Era don Enrique cínico, inteligente, culto, cruel y gracioso. Aquel chotis con la guineana Flor Mukudi le dio muchos votos, entre ellos el mío. Todo menos votar al soso de Verstrynge, en el que sólo confiaba Fraga. Como decía Pío Cabanillas, «a Fraga le cabe el Estado en la cabeza, pero ni una palabra más». Era muy inteligente y honesto, pero nada listo. No conocía a la gente. Le escribí un poema a Tierno elogiando su chotis con la señorita Flor, y me respondió con un tarjetón, ya de alcalde:
«Fue muy agradable y sugerente».
Con la nena «Miss Guinea».
Suavemente toquetea
Su culito respingón.
Y la nena, que es muy sosa
Y altamente pudorosa
Le susurra candorosa:
Don Enrique, «uté é un tocón».
Don Enrique ¡qué semblanza!
Y en el ritmo, ¡qué templanza!
Parecía en plena danza
Un viejo jefe Masai.
En sinuosidades, pizco,
En la mirada, algo bizco,
Y dando cada pellizco
A la nena, que… ¡caray!
Que ¡caray con don Enrique!
Que tiene un dedo meñique
Ducho en abrir cualquier dique
Mientras danza un mambo al son.
Un dedo como una hormiga
Tenaz, que no se fatiga,
Aunque la negra le diga:
–Don Enriqué, uté é un tocón–.
La paliza fue de órdago a la grande.
Lo único que tienen en común Verstrynge y su hija Lilith es su profundo conocimiento de Madrid. Lilith ha estado en Barcelona, la de su amiga Ada Colau, y ha aprovechado para elogiar la belleza y limpieza de la Ciudad Condal y denunciar los desastres de Madrid, consecuencia de las desastrosas políticas de Almeida y Ayuso. Y lo ha hecho con su gracejo zanahorio y su gran conocimiento. Ha denunciado el «mamotreto» del nuevo estadio Bernabéu, que después de ser inaugurado, además de albergar los partidos de su propietario, el Real Madrid, se convertirá en uno de los principales caudales –o torrenciales– de ingresos de la ciudad. Ha afirmado que cada día es más difícil encontrar un árbol en Madrid. Lo difícil es lo contrario. No encontrarlo. Madrid es la ciudad con más espacios verdes y más arbolada de Europa. Más que Londres, que París, que Roma, que Moscú y que Praga. Y no sólo por sus parques maravillosos, como la Casa de Campo, El Retiro, el Real Jardín Botánico o el Parque del Oeste, sino por su presencia en todas sus calles y avenidas. Ha dicho que Madrid ha eliminado todos sus «carriles bici» cuando, hoy en día, la inseguridad de Barcelona proviene –según su Policía Municipal– de la delincuencia, con un 80 por ciento de los violentos procedentes de la inmigración, en tanto que en Madrid la gran amenaza para la seguridad de los viandantes no es otra que la de ser atropellados por las bicis y patinetes de sus «Carriles Bici». Hombre, en lo que sí tiene razón Lilith es en los dentistas municipales por distrito. Madrid no los tiene. Y Barcelona es la gran pionera. No termino de entender cómo puede haber crecido y desarrollado Madrid sin los dentistas municipales. Y no lo ha dicho para caer graciosa, sino porque lo siente. Gran conocedora de Madrid esta tonta del traspuntín tan divertida y ocurrente.
Pompis es sinónimo de antifonario.
Antifonario es sinónimo de culo.
Este final me ha salido muy gracioso. Como la protagonista que inspira el presente texto.