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Cosas que pasanAlfonso Ussía

El tanque

Un gran filósofo, extraordinario escritor y gran persona, Gabriel Albiac, se acaba de incorporar a El Debate. Y espero que pueda, con su sabiduría, explicarme lo que ha dicho Adri, la culta vicesecretaria general del PSOE

En su lugar de nacimiento, un barrio de la muy elegante y exclusiva villa de Ribadesella, donde el río Sella se entrega al Cantábrico y aún se dibujan en la imaginación –como en Comillas– los preciosos y claudicantes versos del tostón de Jaime Gil de Biedma: «Yo nací, perdonadme, en la edad de la pérgola y el tenis», le dicen sus paisanos 'El Tanque'. Ya de niña y prematura mujer –se abotijó con apenas catorce años–, conseguía todo lo que su carácter caprichoso y mandón le ordenaba, y de ahí el apelativo. En aquella localidad asturiana se ponían de largo las hijas de los Argüelles, los Pidal, los Cañedo, los Cifuentes, los Loring… Los padres de Adri sufrieron mucho con las diferencias sociales y físicas, y renunciaron a la puesta de largo de Adriana porque más que de largo, se hubiera tenido que conformar con ponerse de ancho, acontecimiento social que no se celebraba en aquellos tiempos, si bien en San Sebastián, la hija mayor de los condes –pontificios– de Rueda y de Sanz de la Garza se puso oficialmente de ancho en agosto de 1966, en memorable fiesta a la que acudieron casi mil invitados, setecientos de ellos sin invitación, y a pesar de lo cual sobraron langostas. La condesa se hizo famosa en San Sebastián aquel verano, por sus acertadas observaciones marineras. Los días soleados, embarcaba en su canoa «Silver 1» para bañarse al socaire de la isla de Santa Clara con una descomunal flota carmesí con delfines estampados que le confeccionaron a su medida en una sastrería de la avenida. El marinero Pruden Cortabitarte siempre solicitaba su permiso para arriar el ancla. «Señora condesa, ¿puedo arriar el ancla?»; y la condesa, con enorme finura, serenidad y conocimiento concedía la venia no sin advertir al marinero. «Sí, Cortabitarte, pero con anterioridaz cerciórese de que no hay buzos en el fondo».

Me refiero a tan memorable mujer por su dominio del lenguaje, que es la cualidad más agasajada de Adri por sus paisanos de la ribera del Sella. «Habla como les filósofes», dicen por allí. Y efectivamente. Un gran filósofo, extraordinario escritor y gran persona, Gabriel Albiac, se acaba de incorporar a El Debate. Y espero que pueda, con su sabiduría, explicarme lo que ha dicho Adri, la culta vicesecretaria general del PSOE, con la frase que transcribo textualmente. «La derecha sólo ganan (sic) si la ciudadanía desaparece y el PSOE reivindica una política en la que los poderosos sean más justos y los justos sean más poderosos». Después de analizarla no logro acercarme a la comprensión de su mensaje. «La derecha sólo ganan», se me antoja un inteligente juego de palabras donde la importancia del singular y el plural pasan a ocupar un lugar muy subalterno. Pero que también la derecha «ganen» cuando el PSOE reivindica una política en la que los poderosos sean más justos y los justos sean más poderosos es miga prohibida para mi pan. Soy, desde algunos años atrás, un seguidor de las palabras, los pensamientos, y los discursos del 'Tanque de Ribadesella', pero en la presente ocasión me ha vencido. O ha dicho todo o no ha dicho nada, y esa inseguridad –por mi parte–, me lacera el alma.

En ocasiones me ha costado entender a Ortega y a Zubiri. Incluso al padre Larramendi. Pero al final me llegó la luz. Con esta gran intelectual procedo a ondear la bandera blanca de la rendición. A esta mujer no le llego ni a los muslos.