Viaje feminista
Hay gente que nace de pie, ¿verdad, Irene? El resto de infelices tiene que trabajar cada día para viajar, si hay suerte, en turista y una vez al año
Si hubieran sido ministros del PP o, incluso del PSOE, los que hubieran hecho el viajecito a Estados Unidos, a estas alturas ya sabríamos hasta el número de hilos que tienen las sábanas en las que han pernoctado. Si hubieran sido del PP o del PSOE, ni en broma habrían enseñado sus fotos haciendo turismo en redes sociales, porque de antemano sabrían la bronca pública que iban a organizar con ellas. Pero como Irene Montero y sus amigas forman parte del gobierno bonito, del partido de la gente y son de izquierdas no sienten siquiera vergüenza, pueden hacer lo que las venga en gana. Si lo hacen ellas, es progresista y, por tanto, no hay discusión posible, está bien hecho.
Tras la compra del chalé de Galapagar a precio de amigo, empezó a caerse ante sus fieles la careta de Podemos. Sólo querían ser poderosos y ricos. Cualquiera que tuviera dos dedos de frente, hubiera espabilado después del descrédito que sufrió. Ella, no. Posiblemente, porque ni siquiera entendió el porqué de la crítica. Procede de una familia de clase media con el sustento más que asegurado. Pudo estudiar sin necesidad de pelear por una beca. Podría haber acampado en la Puerta del Sol, porque, al llegar a casa, tenía asegurada la cama limpia, un baño a su disposición y un plato de comida cocinado por otro y servido en la mesa. Ha llegado al gobierno porque era la pareja del fundador del partido. Ella no sabe del esfuerzo que cuesta ganar cada euro, no ha tenido que esforzarse por nada en su vida.
A Irene Montero, el PSOE le ha regalado un ministerio para asegurarse los votos de su partido en el Parlamento. No es cosa menor, que se lo digan a Carmen Calvo, que se vio obligada a dejar la Vicepresidencia por enfrentarse a ella. Su única misión es crear polémicas artificiales, dividir a la sociedad, pisotear la sensibilidad de los que no piensan como ella y convertir a los más incautos en fieles seguidores de Podemos. Está ahí para asegurar la pervivencia de la formación que creó Pablo Iglesias. Ni eso ha sabido hacer, no hay más que echar un vistazo a las encuestas. Quizá por esa razón se ha ido a Estados Unidos. El objetivo del viaje de las amiguitas era auxiliar a las mujeres americanas con sus recetas feministas fake, porque aquí, en España, que ya las conocen, reniegan de ellas.
Lo de los euros gastados en el viaje, siendo relevante, es asunto menor al lado de su desvergüenza. Si algo hay que celebrar es que quedan perfectamente retratadas. Ya pueden preparar las maletas. En poco más de un año, podrán desembarcar de nuevo en la ciudad de los rascacielos para quedarse. A la vera de Bibiana Aído y Leire Pajín, en empleos magníficamente remunerados, en un programa de Naciones Unidas que el Gobierno de España ha financiado generosamente. Ni siquiera llegar ahí les va a costar un gran esfuerzo. Hay gente que nace de pie, ¿verdad, Irene? El resto de infelices tiene que trabajar cada día para viajar, si hay suerte, en turista y una vez al año.