Una paguita para los etarras
Ya está tardando el líder global Sánchez en trasladarle a Alemania su Ley de Memoria para que nazis y judíos disfruten tanto como los etarras y sus víctimas
Pedro Sánchez ha ido a Ermua a homenajear muy fuerte a Blanco, aunque se desconoce qué más hizo para aprovechar el resto del día: existe la posibilidad de que empleara algún hueco en su frenética agenda de líder mundial para reunirse con Otegi y dar las últimas pinceladas a la Ley de Memoria Democrática, muy esperada por Txapote, el asesino de Miguel Ángel que sigue presumiendo de los disparos que le metió en la cabeza mientras Arnaldo sufría en silencio pasando la jornada en la playa con su familia.
Pero fueron disparos inclusivos, un matiz importante que la nueva ley tendrá en cuenta, probablemente, para que el sicario pase a ser tan víctima como su víctimas y pueda aspirar incluso a una indemnización pública: la paguita por asesinar, el SMA en su acrónimo oficioso aún, sería así el clímax del «escudo social» de Sánchez, que no deja a nadie atrás. Menudo es cuando se pone a salir más fuerte de un embrollo o a doblegar las curvas que haga falta.
Puede Txapote tal vez mejorar la cuantía del merecido subsidio si, en el trámite final de la norma, participan otros Ministerios para mejorar la propuesta de Sánchez y Otegi: Irene Montero añadirá un apartado para que si Txapote pasa a ser Txapota se le reconozca un complemento de 200 euros y si, ya convertido en Txapota luce un pin de la ikurriña tuneada con matices arcoíris o dice «fascistas, fascistos o fascistes» para referirse a Blanco, Múgica, Ordóñez o Buesa, se le suban otros 100.
Hasta 300 más podrá sumarle Txapota si Yolanda Díaz logra la heroica conquista social de incluir su caso en las revisiones del SMI, que ya es hora de que los ricos dejen de forrarse a costa de los terroristas en paro, potenciales beneficiarios del bono social eléctrico: es inadmisible que en el futuro sus zulos estén a oscuras y, con esa medida, los Ortega Lara que pudieran venir se beneficiarían también de un alumbrado sostenible en distintos tramos del día, con bombillas LED, para que puedan ver las pistolas que les encañonan y las capuchas que les secuestran. Lo que haga falta por las víctimas, que hemos venido a Sumar.
Sánchez puede trasladarle su idea a Scholz, para que rindan tributo a los judíos con una ley parecida a la española con paguitas inclusivas para los nazis vivos
Dada la transversalidad del Gobierno, no deberíamos descartar tampoco la participación de la ministra de Agenda 2030, que además se apellida Belarra y suena muy vasco, o de la de Transición Ecológica, Teresa Ribera; para proponer límites ecosostenibles al terror: no es tanto que no se practique cuanto que, si se practica, se haga teniendo en cuenta el cambio climático. No cuesta nada hacer en burro los traslados de eventuales secuestrados, dejando el coche en casa para frenar las emisiones de CO2.
Y también se premiará, añadirá Garzón, que ese burro proceda de una granja extensiva y que el secuestrado disfrute de menús con preferencia de productos vegetales. Son cositas asumibles con un poquito de buena voluntad y de perspectiva de género: un día se puede utilizar un burro, pero al siguiente mejor una burra, para respetar las cuotas y evitar los agravios machistas.
No se me ocurre qué puede añadir el Ministerio del Interior, más allá de facilidades para los ongi etorris de poner un Cabify conducido por el propio Marlaska para facilitar los traslados de etarras a sus casas.
Ni ERC, salvo darle a Txapote o Txapota la doble nacionalidad simbólica euskocatalana, pero seguro que nos sorprenden con aportaciones pioneras a ese proceso de reconciliación que Sánchez ha liderado con epicentro en Ermua.
Sí me permito sugerirle al ministro de Exteriores que, con su buen hacer diplomático habitual, acuda raudo a Alemania a trasladarles una idea similar para el próximo 27 de enero, Día Internacional de las Víctimas del Holocausto: será muy bonito verle al canciller Olaf Scholz firmando con algún nazi vivo una Ley de Memoria Democrática similar, con el bello paisaje de Auschwitz al fondo y algún descendiente judío incinerándose en directo para dejar claro que, a humanitarios y memoriados, no nos gana nadie. Lo que sea por Miguel Ángel.