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HorizonteRamón Pérez-Maura

Cuando Sánchez quería prohibir los indultos

Blanco y en botella. La infinita hipocresía de Sánchez y los suyos se demuestra una vez más. Las normas que querían aplicar a terceros no les pueden afectar a ellos. ¿Hasta cuándo hay que soportar esta desfachatez?

Ayer vimos a esa lumbrera de la Cristiandad, Patxi López, presentar con Pablo Echenique la iniciativa para tasar con un 4,8 por ciento los beneficios de la banca y un 1,2 por ciento los de las compañías eléctricas. Todavía estoy esperando a que alguien sea capaz de decirme cuánto nos han robado a millones de españoles con esta iniciativa. Lo que más me molestó fue ver a López con esa cara de no haber roto un plato nunca, explicándonos lo buena que es esta iniciativa para todos. Hombre, señor López, no creo que usted esté especialmente necesitado.

López llegó a la Presidencia del Gobierno vasco gracias al Partido Popular y para desalojar a los nacionalistas, con los que después gobernó el socialismo vasco dejando a Arancha Quiroga «expuesta» en la Presidencia del Parlamento vasco. Cuando finiquitaba su mandato, en la primavera de 2012, no quiso encontrarse fuera del poder y desamparado económicamente. Así que antes de dejar el chiringuito promulgó una ley que aparece publicada en el BOE de 16 de junio de 2012 firmada por el lehendakari Francisco Javier López Álvarez, vulgo Patxi López. ¿Y qué dice esa ley?

«Artículo único.
1.- Tendrán derecho a una pensión vitalicia las personas siguientes:
a) El lehendakari y los consejeros que formaron parte del Gobierno vasco desde octubre de 1936 hasta el 15 de diciembre de 1979.
b) Los lehendakaris y los consejeros del extinto Consejo General Vasco.
c) Los lehendakaris de los Gobiernos de la Comunidad Autónoma del País Vasco.
d) Las viudas o viudos, huérfanas y huérfanos, padres y madres de las personas citadas en los apartados anteriores».

Es decir, que el hoy portavoz parlamentario del PSOE se aseguró su vida y su futuro sin haber hecho más que el bachillerato –con dificultad–. A esto le llamo yo saber aprovechar tu oportunidad. Y con esta ética, empiezo a entender mejor su acercamiento a Pedro Sánchez. Son tal para cual.

Esto de repasar el Boletín Oficial del Estado y publicaciones asimiladas te depara otras sorpresas que podrían dejar a algunos sin palabras si tuvieran la más mínima ética –de moral ya ni hablamos–. En esta hora en que todas las terminales mediáticas de Sánchez están presentando como un acto de justicia y lleno de humanidad el posible indulto a José Antonio Griñán, para quien dicen que no hay derecho a que entre en la cárcel, es muy conveniente recordar la iniciativa del Grupo Parlamentario Socialista recogida en el Boletín Oficial de las Cortes/Congreso de los Diputados de 9 de septiembre de 2016 y que fue admitida a trámite. En ella, Sánchez y los suyos proponían que «no procederá la concesión de indulto, total o parcial, cuando se trate de delitos cometidos por una autoridad en el ejercicio de su función o cargo público, o prevaliéndose del mismo, con la finalidad de obtener un beneficio económico para sí o para un tercero». Blanco y en botella. La infinita hipocresía de Sánchez y los suyos se demuestra una vez más. Las normas que querían aplicar a terceros no les pueden afectar a ellos. ¿Hasta cuándo hay que soportar esta desfachatez?