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Cosas que pasanAlfonso Ussía

Baño o ducha

La ducha sí es recomendable, exclusivamente, para liberarse de la arena que se incrusta en los cuerpos después de padecer una jornada de tortura playera. Pero nada más

A mis lectores podemitas en El Debate, que los tengo, les recomiendo que no gasten neuronas leyendo el artículo de hoy. Va de baño o de ducha, de higiene pausada o higiene precipitada, en resumen, de un asunto muy alejado de sus costumbres y preferencias.

En verano, cuando nos reunimos a cenar un grupo de amigos, surgen las polémicas más interesantes. En el Real Club Estrada –el mejor restaurante de Comillas, por cuanto El Remedio de Samu está en Ruiloba, Cofiño en Caviedes-Valdáliga, la Abacería de la Sal en Cabezón y el Boga-Boga en San Vicente de la Barquera–, nos juntamos siete matrimonios y dos solteras. Y votamos a mano alzada a favor del baño o de la ducha. Catorce votos a favor de la ducha, un voto –el mío– en pro del baño, y una abstención. Dolorosa mi derrota. Las ventajas del baño respecto a la ducha son innumerables, pero las prisas de los tiempos que corren, y las dimensiones de los nuevos cuartos de baño han provocado el desastre social que tanto me preocupa. Bañarse es mucho más agradable y constructivo que ducharse, amén de artístico y entretenido.

Bertie Wooster, el soltero de oro post-victoriano de P.G. Wodehouse se bañaba mientras jugueteaba con un patito de goma. Mi marqués de Sotoancho, Cristián Ildefonso Laus Deo María de la Regla Ximénez de Andrada, Belvís de los Gazules, Valeria del Guadalén y Hendings, copió a Wooster y se baña –su mayordomo Tomás se encarga de la temperatura del agua y la repoblación de la fauna acuática–, con dos patitos flotantes. Uno de ellos, dotado de un artilugio que, al colisionar el pato con las paredes del baño, grazna malhumorado. Simultáneamente, y en la ducha es imposible, sólo en el baño se puede disfrutar del masaje multipompitas con sus maravillosos resultados relajantes. Se toma una esponja de «foamex» llena de aire, se introduce en el agua y se ubica donde se posa el culete. Al presionar con el nalgatorio sobre ella, miles de pompitas de aire se liberan y alcanzan con su insuperable cosquilleo todas las zonas y esquinas del cuerpo humano, creando una sensación de placer propia de Gomorra. Si bien en Gomorra no abundaban las esponjas de «foamex». En el baño se canta muchísimo mejor que en la ducha. En mi caso, juego con diferentes repertorios, pero el que más y mejor interpreto es el compuesto por la habanera «Santander Marinera», la canción de cuna en vascuence «Aurtxoa Seaskan», «La Cautiva» de Jorge Cafrune, y «La Campanilla Monótona» cuya letra en ruso aprendí en la niñez, y tan prodigiosamente cantaban «Los Cosacos del Volga». El único inconveniente del baño es que se escape de la mano izquierda la pastilla de jabón –mis preferidas, las de Heno de Pravia y Dove–. Según Ramón Gómez de la Serna, el jabón en el baño se convierte en el más resbaladizo de los peces, y para recuperarlo hay que proceder a extremar posturas-muelle que pueden provocar algún desdichado esguince o tirón muscular en los muslos.

Efectivamente, para disfrutar de un buen baño es imprescindible disponer de treinta –como mínimo–, minutos de inversión vital. Quien no disponga de ese margen de tiempo es preferible que se duche como si fuera un ejecutivo agresivo que no puede perder ni un minuto de más en beneficio de su empresa. La ducha sí es recomendable, exclusivamente, para liberarse de la arena que se incrusta en los cuerpos después de padecer una jornada de tortura playera. Pero nada más.

Hoy, cuando escribo, 12 de agosto, Santa Hilaria de Augsburgo (sic), San Euplo de Catania, Santa Felicísima de Valeria, San Aniceto de Nicomedia, Santa Euprepia de Augsburgo, Santa Curra de Marhuenda, San Aniceto de Nicomedia, San Porcaro, y San Focio de Nicomedia, lo hago recién bañado, multipompiteado y muy satisfecho de mi interpretación del tramo «También la gente del pueblo tiene su corazoncito» de «La Verbena de la Paloma».

De haberme duchado, jamás podría haber escrito con tan sencilla soltura el presente texto.