Dos horas
Lo terrible y vergonzoso para todos los españoles que creemos en la libertad y el heroísmo de Ucrania son las palabras del embajador Serhii Pohoreltsev: «La munición entregada por España sólo ha dado para combatir durante dos horas»
El 21 de abril de 2022 protagonizó la gran hazaña. Renunció a La Mareta –abril es un mes maravilloso en Canarias– y su asesor jefe de APJM –Agitación, Propaganda, Jabón y Masajes– le recomendó una breve visita a Zelenski en Kiev. Previamente, otro asesor jefe de la Moncloa, el de SPYMP –Seguridad Personal Yo Mi Persona–, eligió los lugares del encuentro, muy alejados de las zonas que bombardeaban habitualmente los rusos. Acompañado de su asesor jefe de FYMPNA –Fotografía y Mamporros a Periodistas No Apesebrados–, el camarada Puig de la Bellacasa logró su propósito. Unas imágenes con Zelenski, y una de ellas en plena calle y con chaleco antibalas. En aquella reunión, Sánchez le prometió ayuda militar a Zelenski, y el bravo presidente de Ucrania se lo creyó. Pasados cuatro meses, Kiev ha mostrado su decepción y sorpresa por los incumplimientos de Sánchez en la entrega de armamento, y acusa al Gobierno de España de practicar «maniobras dilatorias» en los envíos para ganar tiempo ante la opinión pública. Sospechan en Ucrania que el Gobierno de España se ha sometido a sus ministros comunistas: Irene Montero, Yolanda Díaz, Ione Belarra y Alberto Garzón, grandes admiradores de Putin y de la antigua URSS, y que las promesas de Sánchez a Zelenski se pueden clasificar en el archivo de las patrañas. El embajador de Ucrania en Madrid, medido por la cortesía que exige el protocolo diplomático, ha reconocido que la munición entregada por España a Ucrania sólo ha dado «para dos horas de combate», y que otros países, Portugal entre ellos, han sido mucho más generosos que España. Clausurada la cumbre de la OTAN, España ha intentado colarles unos carros de combate de los años setenta en situación de chatarra, y ahora «ropa de abrigo» para el crudo invierno que se avecina. Según la crónica publicada en El Mundo y firmada por su corresponsal en Kiev, Alberto Rojas, en el canal de televisión más seguido por los ucranianos, se han tomado las esperanzas de Zelenski en el cumplimiento de las promesas de Sánchez con burlas, mofas y cuchufletas. «¿Os dejáis engañar por España otra vez?». En ese mismo canal, dirigido por Oleksiy Arestovich, asesor militar de Zelenski, la conclusión supera el desencanto y la desilusión: «Al final surgirá algún problema y no enviarán nada». Pero lo terrible y vergonzoso para todos los españoles que creemos en la libertad y el heroísmo de Ucrania son las palabras del embajador Serhii Pohoreltsev. «La munición entregada por España sólo ha dado para combatir durante dos horas». Que nos mientan a los españoles con los lujos de las vacaciones gorronas de los Sánchez, familiares y amigos, es una falta de respeto digna de un dictador hortera consumado. Pero que engañen a los ucranianos, que están defendiendo su país con sangre, uñas y dientes, apoyados por las naciones occidentales, y que la aportación de España se haya reducido a dos miserables horas de combate, sólo lo puede defender Tezanos, que para eso cobra, y muy bien, por cierto.
Porque el ridículo, la informalidad, el engaño a Ucrania nos corresponde a todos los españoles, que hemos quedado como informales, mentirosos y ridículos.
Mientras tanto, y esto no viene el caso, en La Mareta bien. Lo están pasando cachondo, cachondo.