Elcano y el birmano
Ahora que España adelanta a Camboya en desaparecidos y solo pierde con Birmania, conviene recordar sus gentilicios y a Elcano para dedicarle una rima al presidente Sánchez
Ahora que sabemos que España es el segundo país del mundo con más desaparecidos después de Birmania, que según Sánchez ha debido adelantar a Camboya en tan tétrica estadística, convendría preguntarle al presidente el gentilicio de ambos países antes de replicar a su majadería: pruebe usted, que los dos tienen idéntica desinencia, y saque al poeta que lleva dentro pensando en nuestro Kennedy.
En esta España que reconstruye su memoria con eructos recurrentes, la República ya es una Arcadia, ETA se parece a Save the Children y la mitad de los españoles son medio birmanos y medio camboyanos, dicho esto para que pueda usted volver a practicar la rima consonante pensando de nuevo en el inquilino de Moncloa.
- Birmano.
Con la mano que le sobre a Sánchez podría, por una vez, hacer algo de justicia a la historia de España, que por longeva tiene sombras como el árbol viejo tiene más ramas, pero por magnífica tiene luces resumidas en un aniversario que el Gobierno no ha celebrado como debiera, pero al menos no ha tildado de genocidio.
Hace 500 años un vasco de Guetaria, en nombre de la Corona de Castilla, dio la vuelta al mundo en una épica expedición iniciada con Magallanes que él terminó en solitario tras la muerte de su compañero de ruta.
Sufrió de todo, desde la usura de los mercaderes saboyanos (aquí pueden repetir la rima mirando a Sánchez) hasta el amotinamiento de su tripulación, entre la que probablemente figuraría algún antecesor remoto de Pepe Álvarez o Unai Sordo, siempre en la vanguardia en los momentos históricos.
Los niños apenas conocen esta gesta. Tampoco la que hizo Colón apenas 20 años antes con el Descubrimiento, que llevó civilización a un continente ahora lleno de primos ideológicos de Monedero y de Echenique.
Y por supuesto desconocen que, tres siglos antes de todo eso, la España de los Reinos y los Reyes castellanos, aragoneses, navarros y leoneses, con la ayuda del arzobispo de Toledo, detuvo la amenaza fundamentalista de Muhammad al-Nasir en las Navas de Tolosa, evitando que Al Andalus llegara tal vez hasta nuestros días y hasta Escandinavia.
La vuelta al mundo, el Descubrimiento y la Reconquista son tres gestas de la humanidad sin parangón, decisivas para que se extendieran por el mundo entero los mejores valores de siempre, con el derecho, la libertad, la cultura y la espiritualidad como banderas.
Occidente existe, y es lo que es, en buena medida gracias a todo aquello que hoy se veja, se olvida, se manipula o se denigra, pero nunca se rememora con un merecido orgullo nacional, que no borre los desperfectos que toda gran historia acarrea pero ponga el acento en los incontestables beneficios que reportó.
Y ahora, para terminar, un minuto de silencio por Elcano, que, casualidades de la vida, tiene también la misma rima que birmano, presidente. Ya puede seguir usted escribiendo la Ley de Memoria con Otegi, Arnaldo, que para eso hemos quedado.