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HorizonteRamón Pérez-Maura

Sánchez: acabose y no hubo nada

Ojalá hubiera alguien en el entorno de Sánchez que lograse hacerle reflexionar sobre algo tan simple como esta pregunta: «Tú ¿para quién gobiernas?» Me temo que el problema es que podría responder que sólo gobierna para sí mismo y darse un beso en el espejo

Lo que parecía evidente que iba a suceder, acabó ocurriendo. Hacía falta estar fuera de la realidad para que Sánchez y su entorno creyeran que podían hacer una tournée por España para levantar el ánimo de sus seguidores. Como hoy informa El Debate en estas páginas, la gira de Sánchez acabose y no hubo nada. Van a intentar mantener un pequeño hilo con citas en lugares seguros y controlando quién accede a ellas. Esto de las citas me recuerda a cuando en Por capricho de Dios, la obra magistral de mi llorado Jean d’Ormesson, le preguntan al duque de Plessis-Vaudreuil, un hombre del antiguo régimen, por la tolerancia y él responde furioso: «¿Tolerancia? ¡Tolerancia! ¡Sepa usted que para eso ya hay casas!» Pues para los números que parece poder reunir Sánchez en esas citas, basta con una de esas casas. Y, además, pagando, es mucho menos probable que te insulten.

En esta gira por treinta localidades era evidente desde el minuto uno que iba a ocurrir lo que sucedió. El 3 de septiembre en Pino Montano, Sevilla, uno de los feudos más seguros del PSOE en la capital andaluza, acabó como todos sabemos. Baste decir que fue donde vimos una de las pocas pancartas que pasará a la historia de la democracia española: «¡Que te vote Txapote!». Costó después organizar la continuidad en Toledo. Los gritos e insultos a Sánchez en Pino Montano hacían temer lo que pudiera ocurrir camino del polideportivo de Toledo. El encuentro se aplazó y finalmente tuvo lugar acarreando a los fieles de Sánchez casi sin previo aviso en los medios. A estas alturas, han debido comprender que por esta vía van a recolectar pocos votos y los riesgos de crónicas adversas son elevados hasta en los medios afines.

Ferraz sigue sosteniendo que los encuentros van a continuar, pero con un formato diferente. Lo que parece que puede ser algo similar al segundo intento de Toledo: reunir en un espacio cerrado al presidente con militantes y dirigentes del partido, con la menor publicidad previa. Como si fuera una reunión en la clandestinidad durante la dictadura. Claro que el que ocupa el poder ahora no es Franco aunque a veces parezca que estuviese vivo. Es Sánchez. De quién huye Sánchez, ¿del actual poder o de la furia del pueblo? Todos, él incluido, sabemos cuál es la respuesta. Y lo más triste es que ni siquiera parece darse cuenta de que si intentara hacer uno de estos encuentros en los feudos de los partidos gracias a los que gobierna, ya sea en Gerona o Hernani, le iría todavía peor que en Toledo o Sevilla. Ojalá hubiera alguien en el entorno de Sánchez que lograse hacerle reflexionar sobre algo tan simple como esta pregunta: «Tú ¿para quién gobiernas?» Me temo que el problema es que podría responder que sólo gobierna para sí mismo y darse un beso en el espejo.

Esta afirmación de que Sánchez va a procurar seguir haciendo la gira a puerta cerrada y no como estaba anunciada conlleva, si se cumple, un segundo problema agravado. Todos los actos de Alberto Núñez Feijóo son en la calle, con multitudes, estrechando manos. Y nadie parece insultarle y chiflarle. A ver cómo maquilla la diferencia la maquinaria mediática de Sánchez, tan bien engrasada.