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El astrolabioBieito Rubido

Dejad a los muertos en paz

Si lo que te interesa es el bien común, deja a los muertos reposar en paz donde están, es de los vivos y sus problemas de lo que tienes que ocuparte

La historia está más que documentada y contada. Cuando el emperador Carlos I de España y V de Alemania, ganó a los príncipes luteranos en 1547 en la batalla de Mühlberg, sus entusiastas colaboradores le propusieron ir a profanar la tumba de Lutero. El rey español, que sabía que la magnanimidad suele acompañar a la victoria, pronunció la frase ya conocida y que ha quedado para la historia: «Dejadlo reposar, que ya encontró su juez. Yo hago la guerra a los vivos, no a los muertos». Es sorprendente el contraste entre la sabiduría de un gobernante de hace más de quinientos años y la mezquindad que arrastran Sánchez y Bolaños con su irrefrenable pasión funeraria, destapando tumbas y moviendo restos mortales de un lugar a otro, en pleno siglo XXI. Tal vez lo hagan porque, a diferencia del emperador Carlos, ellos nunca ganaron nada. No olvidemos que Sánchez es el presidente de la historia reciente de España que gobierna con menos escaños propios. Esa debilidad lo coloca en las antípodas de la grandeza y la dignidad. Sánchez quiere trasladar a José Antonio Primo de Rivera, ejecutado vilmente por el Gobierno de la República, una víctima, al fin y al cabo, a un nuevo lugar de otro camposanto. Bolaños quiere que la Hermandad de la Macarena de Sevilla pague el traslado de Queipo de Llano de un cementerio a otro ¿Qué logran con ello? Generar odio. ¿Para qué quieren el odio? Para mantenerse en el poder. ¿Para qué quieren el poder? Para medrar y tener dinero. Si lo que te interesa es el bien común, deja a los muertos reposar en paz donde están, es de los vivos y sus problemas de lo que tienes que ocuparte.