Ideas para el egregio presidente Sánchez
Lo de cepillarse los delitos de sedición y malversación e ir sacando de paseo a los terroristas de ETA se queda corto, hay que seguir «avanzando en derechos»
Los «progresistas» fetén estamos preocupados. Creemos que el presidente Sánchez se ha quedado un poco corto en su ímpetu reformista. Aplaudimos, por supuesto, que a partir de ahora dar un golpe independentista desde el poder de una comunidad autónoma pase a considerarse un chascarrillo a efectos penales, algo así como saltarse un stop. Festejamos también que la malversación deje de ser delito si se usa para tejer redes clientelares, o para costear insumisiones separatistas. Vemos muy razonable que vayan a salir de paseo por cortesía de Sánchez hasta psicópatas como Chapote y Henri Parot, porque así nos lo ha pedido el bueno de Arnaldo a cambio de su apoyo. Pero la agenda reformista para todas y todos exige más. Por eso como leales admiradores del régimen de Mi Persona aportamos las siguientes ideas para seguir «avanzando en derechos»:
1.-Reforma exprés del Código de Tráfico para adaptarlo a las peculiaridades específicas de «Euskadi» y «Catalunya». No puede ser que vascos y catalanes circulen como los de Lugo, Cuenca y Almería, atenta claramente contra su acendrado hecho diferencial. A partir de ahora conducirán por la izquierda, como los ingleses. Por otra parte, las multas de exceso de velocidad quedarán en suspenso en Cataluña en lo relativo a los coches oficiales de los dirigentes de ERC (siempre que acrediten que iban con prisa porque tenían una reunión relacionada con el admirable «prucés» para cargarse España).
2.-Ley de Avances en Imágenes Exteriores: siguiendo el ejemplo del viejo Aliyeb en Bakú, todos los estadios de fútbol, estaciones de ferrocarril y aeropuertos españoles lucirán pantallas con la imagen de nuestro líder, con logo de «Gracias, Presidente Sánchez» y la sintonía electoral del PSOE perpetrada al piano por James Rhodes.
3.-«Buenas noches a todas y todos». Cada día, a las diez de la noche, todas las cadenas de televisión interrumpirán su emisión para dar paso a una alocución hogareña desde la Moncloa, en la que Pedro y Bego explicarán desde su tresillo a los ciudadanos y ciudadanas problemas como el apocalipsis climático, los nuevos retos de la cruzada LGTBI, la estructura ontológica de la malignidad de la derecha, los grandes éxitos del Frente Popular en 1936 y las innegables ventajas de que el presidente de España sea un títere del separatismo catalán y vasco.
4.-Reforma exprés de TVE. Bolaños presentará el Telediario de las tres y Yolanda Díaz, el de las nueve de la noche. Es más cómodo contar con ellos en plantilla que tener que llamarlos todos los días para las entrevistas-botafumeiro de Silvia Intxaurrondo.
5.-Campus de Reeducación Pedro Almodóvar. Retomando una de las más bellas tradiciones socialistas, el Estado ofrecerá a los desviacionistas la oportunidad de enmendarse y aprender la doctrina oficial y su jerga. Los tertulianos, columnistas, presentadores y responsables de medios que critiquen a Mi Persona, esgriman datos económicos negativos, defiendan la unidad de España, pequen de tibio fervor feminista y ecologista o coqueteen con la familia tradicional y el cristianismo serán «invitados» por el Estado a una estancia en unas colonias de reeducación. Estarán inspiradas en la magnífica obra del PC chino en Xinjiang y llevarán el nombre de uno de los faros de la única ideología admisible, nuestro Almodóvar, el cliente de la Ruber Internacional que lucha a brazo partido por la sanidad pública..
6.-RJSC (Reforma Judicial sin Complejos). Dejémonos de paparruchas. ¿Qué mejor para desatascar el tapón del Poder Judicial que convertir al propio Presidente Sánchez en cabeza del TC, el Supremo y el CGPJ? ¿No resulta más práctico que andar enredando para meter con calzador y haciendo trampas al viejo Cándido y a magistrados pro separatistas? Como bien señaló en su día el preclaro presidente Sánchez: «¿Y de quién depende la Fiscalía? Pues ya está».
(PD: Y si todo lo anterior les parece una humorada, que lo es, cabe recordar que hace solo cinco años diríamos lo mismo si alguien nos hubiese anticipado lo que ya está ocurriendo. Un presidente fuera de control va convirtiendo a España en una broma amarga).