Malversación: no son todos iguales

Entonces Sánchez nos explicó que, gracias a sus políticas, la convivencia en Cataluña había mejorado muchísimo. Lo que en realidad no quería decir es que como en lugar de perseguir a los delincuentes se obedecen sus deseos, porque él les debe el puesto, estos ya no montan alborotos, ni asaltos a las instituciones. Solo faltaba… El siguiente gran avance será anunciarnos, con exactamente la misma lógica, que los delitos de malversación se han reducido en España drásticamente. Esencialmente porque se ha cedido ante los políticos corruptos y este delito dejará de ser tal o quedará reducido a haber asaltado el banco de España a mano armada.

La forma tergiversada en la que Sánchez presenta sus «éxitos» tiene todo que ver con sus constantes mentiras. La supresión –que no reducción– de la sedición se ha basado en una falsa equiparación con ese delito en otros países. Lo que es una mentira. Una inmensa mentira. Porque la sedición, con esa denominación, puede no existir en otros códigos penales. Pero los hechos descritos en ese delito conllevan la cadena perpetua en la República Federal de Alemania. Y como hemos repetido en estas páginas, España, en lugar de equipararse con Alemania se va a igualar con Kosovo y Montenegro. A esto le llama Sánchez europeizar nuestra política y nuestro Código Penal.

Y mientras el presidente del Gobierno intenta emplear esta supresión de la malversación para no tener que mojarse con el indulto a Griñán –y me dicen que el expresidente del PSOE está como una pantera porque le hayan equiparado con los independentistas catalanes– se va descubriendo un pequeño matiz que demuestra que no son todos iguales. Que hay políticos cubiertos de bazofia y otros no tanto. O nada.

La corrupción en los partidos políticos suele darse cuando una formación ha ejercido el poder. El poder municipal, el de una diputación provincial, el de un cabildo, el de una comunidad autónoma, o el poder en el Gobierno de la nación. Quien nunca ha administrado un presupuesto o ha tenido capacidad de contratación es difícil que se haya corrompido jamás. Es lo que se llama un «virtuoso por falta de oportunidad». En España hay cuatro partidos con graves casos de corrupción: el PSOE, el PP, y lo que se llamó Convergencia i Unió, que hoy está repartido en múltiples grupúsculos independentistas, así como ERC que ha tenido en la cárcel a Oriol Junqueras y otros por malversación. Supongo que, a usted, querido lector, no se le habrá pasado por alto que esta iniciativa legislativa de los republicanos independentistas catalanes ha sido muy bien acogida por sus hermanos independentistas y por el Partido Socialista para que Sánchez pueda quitarse de encima el «problema Griñán» –y otros siete militantes de su partido de los que nadie habla pero que hubieran montado la guerra de las galaxias si a Griñán le dan un indulto y ellos tienen que ir a la cárcel–. Es decir, el Partido Popular, en lugar de buscar una ley que saque a Bárcenas de la cárcel, ni por razones humanitarias, está denunciando esta iniciativa que, no lo duden un segundo, va a apoyar el PSOE. Algunos piden que los condenados cumplan la sentencia y otros no.