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HorizonteRamón Pérez-Maura

Los independentistas y Hitler

Este es el estado de la cuestión, pese a quien pese: los golpistas y los terroristas mandan en España

Pedro Sánchez lleva meses diciéndonos que él ha acabado con la tensión en Cataluña, que al «desjudicializar» la política dando una amnistía a los condenados por delito de sedición ha conseguido recuperar la convivencia en esa región y que todo es maravilloso. Lo que siempre se olvida es las reiteradas declaraciones de diferentes dirigentes independentistas que, tras mostrar su alegría con las concesiones que les está haciendo Sánchez, no ponen ningún reparo en confesar que su objetivo sigue siendo el mismo: la independencia. Y Sánchez les sigue haciendo concesiones que van en esa dirección. Gasolina para la hoguera que abrasará España.

Todos sabemos que The New York Times es considerado por la progresía mundial la biblia del periodismo de calidad. Siempre se busca en sus páginas un análisis de la situación en cualquier lugar del mundo. En las últimas horas un querido amigo me ha enviado una noticia de ese periódico que me ha hecho pensar en la situación que vivimos hoy en Cataluña. Pero en este caso es una noticia publicada en 1924. El titular es Hitler tamed by prision lo que podríamos traducir por «Hitler amansado por la prisión». El texto íntegro de la noticia es el que sigue:

Berlín, 20 de diciembre. Adolph Hitler, en un tiempo el semi dios de los extremistas reaccionarios, ha sido puesto en libertad condicional hoy en el Fuerte Landsberg, en Baviera e inmediatamente se dirigió en automóvil a Múnich. Hoy parecía un hombre mucho más triste y sabio de lo que lo era la pasada primavera cuando él, junto con Ludendorff y otros extremistas radicales comparecieron ante un tribunal de Múnich acusados de conspirar para derribar al Gobierno.

Su comportamiento durante el encarcelamiento ha convencido a las autoridades de que ya no hace falta temer ni a él, ni a su organización política, conocida como el Völkischer. Se cree que se retirará a la vida privada en Austria, el país en el que nació.

Supongo que el autor de la noticia del Times neoyorkino no sería promovido por la perspicacia de sus análisis, pero en esto nunca se sabe. Neville Chamberlain llegó a primer ministro equivocándose muchísimo y en 1938 aseguró haber conseguido la paz para una generación. El problema es que, Chamberlain, en ambos lados del Parlamento obtuvo una casi unanimidad dándole la razón en sus intentos de seducir a Hitler y evitar la guerra. Churchill, casi sólo, fue la voz que se escuchó en Westminster advirtiendo de que después del deshonor vendría la guerra.

En España hay muchas voces que están advirtiendo a Sánchez de la traición que representa la amnistía que ha concedido a los sediciosos y malversadores. Por fin empiezan a aparecer socialistas relevantes en el pasado que denuncian la reforma de la sedición y la malversación. Pero él sigue contando con infinidad de medios de comunicación secuestrados por el Gobierno por la dependencia económica que tienen de él. Y nada apunta a que eso vaya a cambiar. Y como bien decía en estas páginas Alfonso Ussía el pasado domingo en su artículo «El golpe: miedo a la verdad» tenemos una «ciudadanía indolente, el capitalismo cobarde, el comunismo revanchista, el sindicalismo marisquero y un periodismo, no claudicante, sino ya claudicado».

Éste es el estado de la cuestión, pese a quien pese: los golpistas y los terroristas mandan en España.