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Cosas que pasanAlfonso Ussía

Micción inoportuna

No puede tolerarse la falta de previsión del presidente Kiir, que lucía un uniforme azul claro pastel. Ese arriesgado tono textil no perdona ni una gotita traviesa

La noticia me ha conmocionado. Seis periodistas sudaneses han sido detenidos por grabar y difundir las imágenes de un acto patriótico de Sudán del Sur en el que su presidente, su Excelencia Salva Kiir, se hizo pis encima. Gajes del oficio. La rebelde micción se originó, fluyó por la pernera izquierda de los pantalones presidenciales y desembocó sobre sus zapatos creando un charco de considerable tamaño en torno al gran mandatario, cuando sonaban los acordes del himno nacional de Sudán del Sur. Esta fatal circunstancia impidió que el presidente Kiir emprendiera una veloz carrera en pos del refugio más cercano y pudiera cambiar el agua al canario con mayor discreción institucional. Los seis periodistas han sido interrogados por si fueran agentes a sueldo de Sudán del Norte.

Según me ha informado mi fuente fidedigna sudanesa, el presidente Kiir no domina a la perfección su control urinario. Podría darse el caso de que padeciera de potomanía, una extraña enfermedad que consiste en sentir la necesidad constante de beber agua. Lo que se entiende por una polidipsia psicogénica. La padeció en el decenio de los cuarenta del pasado siglo el actor Juan Espantaleón. Se celebró en su honor un homenaje que tuvo lugar en el Hotel Menfis, sito al lado del Cine Coliseum en la entrega final de la Gran Vía a la plaza de España. Espantaleón, que padecía de polidipsia psicogénica, ingirió grandes cantidades de litros de agua durante el evento, y al agradecer el homenaje –con placa de plata incluida– a los presentes, tuvo que interrumpir su discurso para proceder al lógico agobio que padecía su vejiga. Y entre los asistentes al homenaje estaban Agustín de Foxá y Eduardo Manzanos, posibles autores de un epigrama que fue pasando de mesa en mesa produciendo grandes risas y jolgorios.

Espantaleón
Meando no es manco.
Tiene una minina
Con una turbina
Que de conocerla
La inaugura Franco.

Cuando se sufre de incontinencia urinaria hay que vestirse de oscuro. Lo que no puede tolerarse es la falta de previsión del presidente Kiir, que lucía un uniforme azul claro pastel. Ese arriesgado tono textil no perdona ni una gotita traviesa. Yo padecí de joven, en San Sebastián, la polidipsia Zardoya. Vivía en el séptimo piso de la Casa de las Conchas, en Zumalacárregui 1. Y el ascensor, muy bonito, de madera, acristalado y con diván, era lentísimo. A partir del cuarto piso me avisaba la polidipsia, en el quinto me amenazaba, en el sexto me torturaba, y en el séptimo, final de trayecto, principiaba el chorriteo. Nada más entrar en la casa, a tres metros corriendo por el pasillo de la izquierda, se hallaba el cuarto de baño más accesible. Pero siempre estaba ocupado por uno de mis hermanos. Y el tramo que separaba ese cuarto de baño del siguiente más cercano, resultaba insalvable. Es decir, que entiendo perfectamente lo que ha tenido que sufrir el presidente de Sudán del Sur.

Cuando nació el segundo hijo de Lady Di, Diana Spencer, Diana de Gales, ese que está danto tanto la lata en los últimos meses, una revista chismosa nos informó a la humanidad de que la madre de Harry estaba hasta la cresta de las meaditas del niño. Le escribí una canción de cuna que terminaba de esta guisa.

Que no es cosa baladí
El poder hacer pipí
Encima de Lady Di.

No tuvo gran repercusión.

Y existe otra enfermedad que es mucho más grave y dolorosa que la falta de control urinario. La retención de orina. Don Manuel del Palacio, el gran poeta de los entresiglos XIX y XX, le dedicó un poema burlón.

Sin estudiar Medicina,
Se sabe, con evidencia,
Que la retención de orina
Es una fuerte dolencia.
Era uno que se quejaba
De esta grave enfermedad,
Y su mujer le exhortaba
A tener conformidad.
«Acuérdate –le decía–
Lo que el Santo Job pasaba
Y cuánto el pobre sufría».
Y el marido respondía:
« De acuerdo… pero ¡meaba!»

En fin, que todo puede sobrellevarse con prevención.

Nunca salgas de tu casa
Ni entres en la ajena,
Con la vejiga llena.

Recomendado con especial afecto y admiración al presidente de Sudán del Sur, Salva Kiir. Y que deje en libertad a los seis periodistas, que los pobres se limitaron a cumplir con su deber sin sesgos ni manipulaciones.