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Vidas ejemplaresLuis Ventoso

Desengáñense: la toña será épica

Con Puigdemont llegando a España con alfombra roja y la confianza en la economía cayendo en picado, Sánchez no puede ganar

Es verdad que queda todavía mucho bacalao que cortar hasta las generales. Y también es cierto que Mi Persona morirá matando y hará que veamos «cosas que nunca hubiéramos podido imaginar», que diría el replicante moribundo de Blade Runner.

Pero aun así, me atrevo a apostarme una fuente de percebes de Corme con cachelos, regada con el más exquisito godello, a que la toña de Sánchez en las urnas será épica. Mi pronóstico es que habrá «albertazo», del mismo modo que hubo «bonillazo» en Andalucía. El actual aspirante se quedará más cerca que lejos de la mayoría absoluta. Y lo digo incluso pensando que a la oferta del PP le faltan calorías ideológicas y refuerzos de auténtico fuste (por ejemplo, tal y como está la coyuntura ya deberían contar con un referente económico de gran nivel, una suerte de ministro de Economía en la sombra que inspire confianza e ilusión).

El magnífico Samuel Johnson, el gran crítico y lexicógrafo inglés del XVIII, bromeaba diciendo que «casarse por segunda vez supone el triunfo de la esperanza sobre la experiencia». ¿Estoy permitiendo que la esperanza se imponga sobre la experiencia cuando vaticino que Sánchez perderá el poder? No creo. Existen factores que lo convierten en un proyecto de perdedor a pesar de sus ínfulas:

En unos meses (o tal vez semanas) veremos aterrizando en España con alfombra roja al golpista y prófugo Puigdemont. Será por cortesía de Sánchez, quien en la campaña de noviembre de 2019 prometió que lo traería preso. Esa escena supondrá una burla ácida para la mayoría del público. ¿Se cree alguien que este tipo de afrentas salen gratis? ¿Se cree alguien que mentir como quién silba no tiene consecuencias en las urnas? ¿Se cree alguien que ir soltando a los etarras más salvajes y dando beneficios penitenciarios incluso a un psicópata como Chapote no se paga en absoluto? ¿Se cree alguien que no pasa factura la salida a la calle de docenas de delincuentes sexuales por la pura impericia de fanática, que es una lerda jurídica (ministra por cortesía de Sánchez)?

El segundo factor que va a desfondar a Sánchez es la economía. El CIS de Tezanos, que no es precisamente sospechoso de formar parte de la fatídica «ultraderecha», acaba de publicar su «Índice de Confianza del Consumidor». Los datos destrozan el cántaro del cuento de la lechera de Sánchez, Calviño y Bolaños. La valoración de los españoles sobre la situación de la economía ha caído 20 puntos en solo un año. La opinión sobre la situación de los hogares está 17 puntos por debajo. Las expectativas de empleo caen 13 puntos, la misma cifra en que se ha desplomado el consumo.

Un presidente sobresaliente lo tendría harto difícil para repetir mandato en una situación de inflación y ralentización como la que sufrimos en Europa. Pero aquí hablamos de uno marrullero, desacreditado, que en general cae mal y que ha encorajinado a más de la mitad de la sociedad retorciendo la legalidad española en favor de los peores enemigos del país. Así que desengáñense: seguirá levitando, pero en realidad estamos ante un pato cojo. A finales de este año, el público tendrá que hacer una elección sencilla: Pedro y su tropa antisistema, o Alberto y recuperar una cierta normalidad. ¿Se cree alguien que la mayoría de los españoles están deseando cuatro años más con Sánchez, Junqueras, Irene Montero y Otegui? El PSOE va a pegarse un costalazo y una vez perdido el poder iniciará una acelerada carrera hacia la irrelevancia.

(PD: En cuanto a lo la hipótesis de un pucherazo, que ya empieza a plantearse en las charletas de bar, lo veo imposible en España. Incluso hablando de quién hablamos).