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HorizonteRamón Pérez-Maura

Lo que nos dice Atenas

La cuestión es si de verdad se cree en lo que es ser miembro de una Familia Real

Lo que hemos visto en el funeral del Rey Constantino de los Helenos en Atenas ha aportado datos relevantes que creo que conviene tener presentes para comprender cómo ven hoy la institución monárquica sus propios titulares en diferentes países.

Sólo querría apuntar un par de datos. La delegación británica fue encabezada por la Princesa Ana, hermana del Rey Carlos III. Muy decepcionante. Quizá el Rey Carlos III debería haber hecho un esfuerzo y haber acudido a Atenas. Pero no estar representado ni por el Príncipe de Gales es grave. Cuando murió Diana, Princesa de Gales, Constantino fue el único jefe de una Casa Real que acompañó al entonces Príncipe de Gales y su ahijado Guillermo de Gales en la procesión por Londres. Lo hizo como padrino del hoy Príncipe de Gales. Y eso que Constantino había dado reiteradas muestras de ser, entre sus pares, el que más detestaba a Diana.

En el caso de España, sorprende sobre manera la ausencia de la Princesa de Asturias y de la Infanta Sofía. En estos tiempos en que el vínculo sacramental está tan preterido, sería lógico que el vínculo sacramental del Príncipe de Gales que tan poco ha pesado, fuera de menor valor que el vínculo familiar. Y la Princesa de Asturias era familiar de primer grado. El difunto era hermano de su abuela. ¿De verdad es tan grave perder un día a clase? Para una futura Reina de España ¿son más importantes las clases en su colegio que pasar unas horas con sus pares de la realeza? ¿Los Falcon sólo están para llevar a Sánchez a conciertos pero no para llevar a la Princesa de Asturias al entierro del Rey de los Helenos? La cuestión es si de verdad se cree en lo que es ser miembro de una Familia Real.