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Cosas que pasanAlfonso Ussía

Bravo por Burgos

Atravesar Burgos con armas nucleares está terminantemente prohibido, y todo aquel que lo intente, se las tendrá que ver con los guardias

Soy un animal de costumbres. No concibo en un viaje por carretera de Madrid a Santander o viceversa, pasar de largo del hostal Landa. De niño y joven, en los viajes a San Sebastián y también viceversa, la parada en el Landa era obligatoria. Huevos fritos con morcilla o una comida más sosegada en el comedor principal. Y sigo cumpliendo con el rito establecido por mi padre, y mis hijos y nietos mantienen la tradición.

Ahora uso más el tren. Revilla prometió que el AVE llegaría a Reinosa hace veinte años, motivo principal de su coalición con los socialistas. Pero nada de nada. Pepiño Blanco se la metió doblada, y los actuales se carcajean. La vía del AVE Madrid- Palencia se inauguró siendo ministra de Transportes con Rajoy de presidente del Gobierno, Ana Pastor. De Madrid a Palencia, menos de dos horas. De Palencia a Santander más de dos horas para cubrir un trayecto mucho más corto. Y el tren no pasa por Burgos ni se detiene en el Landa, lo cual resulta inaceptable. Como dijo Álvaro de Laiglesia, director de «La Codorniz» para desprestigiar los viajes en avión: «Una tontería lo del avión. Sobrevuelas Astorga y no te dejan bajar para comprar mantecadas».

Pero el paso por Burgos y el descanso en el Landa tenían un alto riesgo. Las armas nucleares. En mi coche, cuando mis hijos eran pequeños, llevábamos mi mujer y yo cinco cascos antinucleares, que pesaban muchísimo. Nos acoplábamos los cascos en Lerma, y nos los quitábamos, superada la ciudad de Burgos, en Vivar del Cid. A partir de ahora, no es necesario su uso. Porque el Excelentísimo Ayuntamiento de la preciosa ciudad castellana, formado por el Alcalde y 26 concejales, ha aprobado una propuesta para abolir las armas nucleares en Burgos. Se da por hecho que el alcalde de Burgos, el socialista Daniel de la Rosa Villahoz, carece de competencia y autoridad más allá de los límites de su municipio. Pero su propuesta, indudablemente, supera lo extraordinario. Atravesar Burgos con armas nucleares está terminantemente prohibido, y todo aquel que lo intente, se las tendrá que ver con los guardias.

El PSOE, contando con el señor alcalde De la Rosa Villahoz, tiene una mayoría simple en el ayuntamiento burgalés. Once concejales, apoyados por los cinco de Ciudadanos. El Partido Popular presenta siete, y Vox y Podemos, dos por cada formación. No obstante, el señor alcalde es muy sensible a las inteligentes y avanzadas propuestas de los concejales de Podemos, de cuyas privilegiadas mentes y visión del futuro ha nacido la propuesta de abolir las armas nucleares de la urbe burgalesa, Cabeza de Castilla. De tal manera, que si a Putin le da un día por soltar una bomba atómica sobre Burgos, lo tendrá absolutamente prohibido, y habrá de conformarse con atacar las capitales de las provincias colindantes, Vitoria, Soria, Logroño, Palencia, Segovia o Santander.

El entusiasmo se ha apoderado de los vecinos de Burgos, que estaban preocupadísimos con la amenaza de las armas nucleares, y esta valiente propuesta se verá reflejada en las urnas en las próximas elecciones. Tengo sabido que el alcalde de Valladolid, Óscar Puente, y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, tienen en la agenda proponer en sus municipios similar medida, lo que dejaría a Putin muy menguado en cuestiones bélicas. El alcalde de Madrid y la presidente de la Comunidad, Martínez-Almeida y Ayuso respectivamente, han optado por seguir igual que antes, decisión que deja a los madrileños en bragas silvestres ante los ataques nucleares. Una nueva insensatez de las derechas españolas.

Hoy viajo a Madrid. Si antaño, detenerse en el Landa era una delicia a pesar de la amenaza nuclear, lo de ahora tiene que ser maravilloso. Burgos, libre de misiles nucleares. El socialismo avanza. Bien por su alcalde.