El partido más corrupto
No solo es el que más casos ha protagonizado, sino que además ha sido el que más dinero público ha malversado
Televisión Española, esa que pagamos todos con nuestros impuestos, dedicó ayer tres minutos, que es una eternidad en un noticiero, a informar de la petición de pena que el fiscal realiza contra el exministro Jorge Fernández. Ya veremos en qué se sustancia el asunto. Sin embargo, el ingreso en prisión de una consejera de la Junta de Andalucía, condenada en firme por el latrocinio de los ERE, apenas ocupó veinte segundos. Está claro que la neutralidad en TVE, que –insisto– pagamos todos los contribuyentes, brilla por su ausencia. Se trata de un canal público. Los privados, mientras nos juguemos nuestros dineros, podemos hacer más o menos lo que queramos, siempre que contemos la verdad. La televisión pública en un régimen democrático y de libertad debe extremar su asepsia. En estos tiempos mi compañera de curso y de aula, Elena Sánchez, no debe de estar muy orgullosa de la descarada manipulación que sus informativos hacen sobre la realidad política.
Conviene dejar claro que el partido que más casos de corrupción ha protagonizado en los últimos cuarenta años en nuestro país es el PSOE. No solo es el que más casos ha protagonizado, sino que además ha sido el que más dinero público ha malversado. Solo hay que seguir el silenciado tema del exalcalde socialista de Estepona, del que no se escucha ni palabra ni se lee línea alguna, o el escándalo destapado estos días de Juan Bernardo Fuentes Curbelo, Tito Berni para los amigos, que evidencia que el cinismo de algunos dirigentes del PSOE es indescriptible. Enumerar los casos vivos de delincuencia por parte de los socialistas superaría con creces el límite de esta columna. Solo enumerarlos.
El escándalo Pujol, por ejemplo, es uno de los más graves de la democracia por las cantidades, la intensidad, la metodología y la capilaridad. Para algunos, incluidos jueces y fiscales, parece que no existe. De hecho, se llevó a su partido, Convergencia, por delante. El PNV, al que ETA eclipsó en muchas ocasiones sus corruptelas, tampoco anda fino ni está para dar lecciones a nadie. Y ahora aparecen los chicos de Revilla, ese hombre que habla de todo y calla cuando las evidencias afloran. Podemos arrastra los pies por los juzgados. Después están los que son virtuosos por falta de oportunidades.
Por supuesto que el Partido Popular ha tenido un buen número de cuestiones de corrupción. Nadie lo puede negar y no voy a ser yo quien lo haga. Pero la precisión que el periodismo obliga, con datos estadísticos, número de juicios, condenas y cantidades malversadas, el PSOE es, indiscutiblemente, el partido más corrupto, aunque en TVE no se hayan enterado.