Si Sánchez es la izquierda…
En España, no solo la gente, como dice Savater, tampoco los líderes intelectuales se atreven a decir que son de derechas. Por si acaso los tachan de los espacios más privilegiados del circuito intelectual
Fernando Savater es uno de los más brillantes intelectuales de España, además de un ejemplo de compromiso en los movimientos sociales antiterroristas. Tiene también esa habilidad para las frases ingeniosas que sintetizan complejas reflexiones, como una de las que usó en una entrevista que concedió a El Confidencial hace unos días. «Si Sánchez es la izquierda, hay que pasarse a la derecha urgentemente», le dijo a José Antonio Zarzalejos. Ayyyy… pero es que ni siquiera él se ha pasado a la derecha, ni ahora ni hace décadas, a pesar de todas las razones que nos ha dado la izquierda española, como en aquel País Vasco perseguido por ETA, donde fue la derecha la que lideró la movilización antiterrorista y el cambio, donde la izquierda tuvo tantos titubeos, y donde la extrema izquierda calló o justificó a ETA, y donde algunos sí hicimos ese recorrido.
Y es que en España es muy difícil defender públicamente a la derecha, sobre todo en el mundo académico, intelectual y periodístico. Lo hemos sufrido muchos y lo seguimos sufriendo en un espacio dominado aquí y en todos los países occidentales por la izquierda. «En España, la gente ni se atreve a decir que es de derechas, y eso es anómalo», decía también Savater. Desde luego, hace muchos años que lo denuncio, y no con demasiado éxito, y no porque yo no sea Savater, sino, sobre todo, porque yo soy de derechas y lo he dicho y escrito muchas veces, y con eso me han retirado automáticamente la autoridad en ese mundo intelectual dominado por la izquierda. Y es que para dar consejos a la derecha, también te exigen ser de izquierdas.
Y esa es una de las razones por las que la gente no se atreve a decir que es de derechas. Porque no hay un liderazgo intelectual que les apoye y defienda. Porque también el mensaje de ese mundo intelectual es el de la supuesta superioridad moral de la izquierda. Si ni siquiera los intelectuales se atreven a la incorrección política de ir contracorriente, por qué voy a dar yo el paso, se dicen a sí mismos muchos ciudadanos. Si nos van a mirar por encima del hombro, y probablemente acabemos tildados de fascistas, además de retrógrados, reaccionarios, explotadores, machistas, y alguna cosa más, que se pringue otro.
En el terreno político, C´s es el ejemplo más representativo de ese problema del miedo a identificarse con la derecha. Ha estado tan obsesionado con evitar esa identificación con una marca tan políticamente incorrecta, que hasta se ha empeñado en el ridículo e ignorante afán de separar al liberalismo de la derecha, que es algo así como obcecarse en sacar al socialismo de la izquierda. Y quizá precisamente por eso ha encontrado tan entusiasta acogida periodística e intelectual, porque ha permitido a muchos apoyar posiciones de derechas en las que creían, pero negando que fueran de derechas. Perfecta combinación para evitar las represalias del mundo intelectual y periodístico.
Y es que, en España, no solo la gente, como dice Savater, tampoco los líderes intelectuales se atreven a decir que son de derechas. Por si acaso los tachan de los espacios más privilegiados del circuito intelectual. Liderar es arriesgarse, y los intelectuales no son más valientes que los ciudadanos.