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HorizonteRamón Pérez-Maura

Mónica médica, madre y «mangui»

No conocemos cuál es el patrimonio del señor Montañés, pero si lo que es criticable, según apuntó García, es cobrar esa ayuda cuando se tiene un gran patrimonio y sueldo, cabría pedir saber cuál es el sueldo de Montañés, alto ejecutivo de una multinacional, y cuál el patrimonio que ha acumulado estos años

Recuerdo con pavor las últimas elecciones autonómicas en Madrid en las que una Mónica que me es muy próxima vio en una farola un cartel de Mónica García, candidata de Más Madrid a la Presidencia de la Comunidad y me dijo: «Esa mujer es interesante. Creo la voy a votar». Creo yo que después la convencí de que no era una buena idea. Aquella imagen en la Asamblea de Madrid en la que se le veía haciendo con sus manos la imitación de una pistola y disparando a la presidenta de la comunidad no decía mucho en favor de las credenciales demócratas de la candidata filopodemita.

La segunda mitad de la legislatura en la que Mónica «médica y madre», como le gusta presentarse, ha sido jefa de la oposición en la Asamblea de Madrid al haber adelantado al PSOE, creo que le ha ido menos bien. En este minuto del partido está extremadamente nerviosa. Tanto que el lunes empleó un medio de comunicación con el que tiene mucha sintonía, Infolibre, para acusar al vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Enrique Ossorio, de haber abusado de su posición por haberse beneficiado de un bono social térmico por valor de 195,82 euros. Al año. Es decir, 54 céntimos de euro al día. Un pelotazo. Considerando que esa ayuda era para familias numerosas, y que Enrique Ossorio tiene cuatro hijos, cabe asumir que lo menos que se debe reconocer es que tiene derecho a ella cualquiera que sea su patrimonio personal o la posición que ejerza en el Gobierno regional. Depende de sus circunstancias personales, no de sus rentas. Pero la médico y madre no lo ve así y pidió la dimisión inmediata del vicepresidente por abusar de su posición. Y su entorno salió en tromba contra Ossorio acusándole de «falta de ética pública» y anunciando la solicitud de reprobación del vicepresidente.

La cosa se les torció mucho ayer cuando se supo que el marido de Mónica García, Enrique Montañés, estaba cobrando exactamente el mismo bono que Ossorio. Teniendo con la jefa de la oposición no cuatro sino tres hijos. Como debe ser, no conocemos cuál es el patrimonio del señor Montañés, pero si lo que es criticable, según apuntó Mónica García, es cobrar esa ayuda cuando se tiene un gran patrimonio y sueldo, cabría pedir saber cuál es el sueldo de Montañés, alto ejecutivo de una multinacional, y cuál es el patrimonio que ha acumulado en estos años. Quizá incluso superior al del vicepresidente de la Comunidad de Madrid, que es el miembro del Gobierno con el patrimonio más alto. O tal vez no, vaya usted a saber. Pero cuando se lanzan acusaciones como la indignidad que ha perpetrado Mónica, «médica y madre», hay que estar dispuesto a ofrecer sin reservas todos los datos que afectan a quien realiza la acusación. Porque al final, es legítimo pensar que si ella acusa a Ossorio de llevárselo injustamente y su familia tiene unas condiciones económicas mejores –que no debieran ser tenidas en cuenta en el caso que nos ocupa– y Ossorio tiene más hijos que la «médico y madre», va a resultar que además de «médica y madre» es una mangui. Según sus propios criterios, claro. Una mangui de 0,54 euros al día. Que no creo que haga temblar el sistema. Pero la que ha intentado hacerlo saltar por los aires ha sido Mónica. Médica, madre y mangui.