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El astrolabioBieito Rubido

Lo que quede de España

Tenemos a los sindicatos callados. Mejor que estén silentes a que ardan las calles. Ya lo harán el año que viene cuando gobierne la derecha y haya que aplicar de nuevo las recetas de la disciplina fiscal

A Macron, el presidente francés, más allá de algunas cuestiones estéticas y otras iniciativas rechazables desde el campo de la moral católica, hay que reconocerle que posee la determinación y la fortaleza de espíritu de los grandes gobernantes. Las calles de París están incendiadas por una timorata reforma de las pensiones, en dirección contraria a la española, pero no cede a la demagogia, que sería lo más fácil. La semana pasada lo escuché en un tercer grado al que le sometían dos periodistas en una entrevista nada amable –Sánchez sería incapaz de mantenerla– y Emmanuel Macron se defendió con argumentos y señaló lo que va a ser la próxima pesadilla de los españoles: el déficit público, causa verdadera por la que él aborda esa reforma contra viento y marea.

En España nos gobiernan algunos irresponsables. Es la manera más suave que he encontrado para describir al actual Gobierno. Han hecho una reforma de las pensiones que hipoteca el futuro de las próximas generaciones y disparará el déficit. Añádanle a ello que desde que está Sánchez la deuda se ha incrementado en 5.000 euros por cada uno de los españoles. La presión fiscal subió casi cuatro puntos. El nivel de renta disponible por cada ciudadano ha bajado casi un ocho por ciento y hemos retrocedido casi diez años. El índice de personas en estado de pobreza ha crecido. Llevamos dos trimestres con la EPA diciéndonos que aumentan los parados, discontinuos camuflados al margen. Han cerrado 68.000 empresas y los precios no paran de subir.

Con semejante panorama, tenemos a los sindicatos callados. Mejor que estén silentes a que ardan las calles. Ya lo harán el año que viene cuando gobierne la derecha y haya que aplicar de nuevo las recetas de la disciplina fiscal. Por eso algunos prefieren que el caos que Sánchez va a dejar mejor que se lo coma él. Yo creo que ni de broma, porque si Sánchez y las excrecencias políticas que lo apoyan gobiernan una legislatura más desaparece España. Así que a pensar muy bien a quién vamos a votar.