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Cosas que pasanAlfonso Ussía

Chalé

Nadie le va a perdonar lo del chalé oculto y construido en terrenos serranos reservados a un hospital. Y para colmo, el alcalde de Cercedilla es de izquierdas

No he tenido la oportunidad de conocerla y jamás me ha anestesiado, pero me preocupa su porvenir. ¿Qué será de ella? A estas alturas desconozco si es licenciada o doctora en Medicina. En la primera de las opciones, tendría complicado ocupar un puesto de anestesista en un hospital. En la segunda posibilidad, el hospital que admitiera sus servicios y sabiduría anestesiológica tendría que obligarla a practicar su profesión con el rostro tapado, para evitar fugas y huidas precipitadas de los enfermos al reconocer sus facciones. Pero la noticia de El Debate ha terminado con su futuro en la política. Curioso que ningún periódico impreso recogiera el hallazgo del chalé caducado en sus páginas. Los lectores de los periódicos impresos en papel tienen el mismo derecho a ser informados que los lectores de El Debate, que ya supera 1.500.000 de entradas cada día. Sucede que la noticia se ha extendido y no tendrán más remedio que dedicarle un recuadrito. Se verá obligada a dar explicaciones con la misma urgencia que las exige cuando es otra la que supuestamente tiene que darlas. Pero ya puede ir Errejón buscando el recambio. Esta mujer de Más Madrid es una calamidad. Lanza el boomerang, el chisme vuela, retorna, y se estrella contra su faz. Por fortuna, sabemos que su esposo es un ejecutivo agresivo de una multinacional, y en la calle no se va a quedar. Pero se puede agrietar la convivencia. Con todos los respetos, intuyo que la convivencia diaria con Mónica García tiene que resultar abrumadora. Mónica García lleva la política en las venas. Para ella, es imprescindible tener la oportunidad diaria de insultar a Isabel Ayuso. Y para ello es necesario ocupar un cargo importante en el partido más votado de la oposición madrileña. A ver qué dice y cómo lo dice desde ahora. Y por cuánto tiempo, que se avecinan las elecciones y mucho me temo que sus compañeros de partido no van a tener más remedio que prescindir de sus lamentables servicios. Y sus votantes también menguarán en exceso. El votante de la ultraizquierda no se siente ofendido ni traicionado si se ríen de él, o le mienten, o le engañan, o lo toman por el pito del sereno. El votante de la ultraizquierda sólo se siente encorajinado cuando se entera de que su voto ha ido a parar a un chalé. Así de hortera y sencillo es el panorama. Podemos no descendió vertiginosamente en apoyos por las mentiras y bobadas de Pablo Iglesias. Lo hizo cuando se compró, junto a Irene Montero, el chalé de Galapagar. Si en lugar de ello se hubieran comprado el mejor piso del mejor inmueble del barrio de Salamanca, el votante comunista seguiría confiando en ellos. Pero lo del chalé es demasiado. Y hasta ahora, nada le importaba que Mónica García tuviera dos preciosos pisos con vistas al maravilloso parque de El Retiro. Eso no cuenta. Pero lo del chalé en Cercedilla duele mucho al votante. No importa que sea un chalé legal, ilegal, construido en terreno urbanizable, o sujeto a un plazo de concesión ampliamente caducada. Es un chalé y punto. Y eso no lo perdona el votante comunista, porque lo del chalé es lo más para él.

Y lo peor, que lo disfrute otro. Es como la finca de caza para el nuevo rico. Si no compra una gran finca de caza, el resto de los nuevos ricos no lo consideran. Se dice que el rey del acero inoxidable adquirió a sobreprecio un campo en Extremadura, allá por los años 70 del pasado siglo. Plantó decenas de miles de eucaliptos. Y su mujer, orgullosa, lo justificaba de este modo: «Es que tanto a mi esposo como a mí, su señora, nos encantan los koalas».

Pues eso, que nadie le va a perdonar lo del chalé oculto y construido en terrenos serranos reservados a un hospital. Y para colmo, el alcalde de Cercedilla es de izquierdas. A ver cómo lo justifica Pepa Bueno. Pero lo de esta chica me preocupa. Se ha quedado sin futuro. Como le dijo don Luis Mejía a don Juan Tenorio, después de la breve estancia de don Juan en el hogar de la Pantoja, prometida de Mejía. «Imposible la habéis dejado para vos y para mí». Lo mismo. El chalé de Cercedilla imposible le ha dejado el futuro a esta mujer en la política y la medicina. El puñetero chalé, lo que jamás perdona un votante comunista.