La familia según Ione

Desconozco la clase de familia que tiene Ione Belarra, aunque intuyo que Freud tendría mucho que analizar al respecto. Sé que esta navarra de 35 años tiene dos niños con un compañero de Podemos, ya que al igual que Irene, su amiga del alma, a la que debe los 79.415,16 euros que cobra como ministra, encontró el amor y las lentejas detrás de una pancarta. Al contrario que el resto de mortales, no ha mandado un currículum en su vida, no ha hecho oposición ninguna ni se ha presentado a una prueba laboral y, por supuesto, no ha cotizado fuera de la nómina pública. Cuando SuperIre se ennovió con Pablo Iglesias, en aquellos años de amor y razias, a ella le vino Lenin a ver: ministra del Gobierno de España sin experiencia, ni preparación, ni lecturas, ni sentido institucional, ni respeto político… ni sujetador (en toda la extensión de la palabra). Porque sabemos ya que ella ha fechado la liberación de la mujer del patriarcado el día que se quitó el opresor sujetador.

El perroflautismo le ha llevado a aprobar una ley de bienestar animal que mejora en mucho la vida de los animales respeto a la de los humanos; así que, gracias a la ministra de Derechos Sociales, todos deseamos ser seres sintientes (no como los humanos de redil) para que Belarra nos proteja. Lo de preocuparse por el encarecimiento de la cesta de la compra o las penurias de los jóvenes parados ya, si eso, lo deja para otro momento. Eso son paparruchas. Como la agenda 2030 absurda con que adorna el nombre de su Ministerio, solo da para colocarle un pin a Pedro Sánchez en la solapa cada vez que nos da la turra en televisión y gestionar 4.608 millones (como lo leen), la psicóloga podemita se ha sacado de la manga la ley de familias que aprobó ayer el Consejo de Ministros, una majadería pedante para seguir desmontando nuestros valores, tradiciones y nuestra arquitectura legal. Hasta 20 modelos familiares tendremos si lo convalida el Congreso (homomarentales, reconstituidas o interculturales, entre otras), lo que tanto el Consejo de Estado como el del Poder Judicial censuraron ya que creaba «confusión, desigualdad e inseguridad jurídica». Ione, a la que Sánchez no dejó comparecer ayer tras el Consejo de Ministros, ha conseguido eliminar el concepto de familia numerosa, que queda incluido en otra categoría nueva: «Familia con mayores necesidades de apoyo a la crianza».

Y es que a la líder podemita lo de familia numerosa le suena a franquista. Por eso la ha sustituido por familia de apoyo a la crianza, que entona mejor con la cursilería progre, la vuelta a la tribu y la crianza animal, nuestros nuevos modelos sociales. Acabaríamos antes si reconociera que quiere eliminar una institución, la familia a secas, que es el núcleo fundamental de una sociedad civilizada y que no encaja con la ingeniería social que marca su ideario totalitario y populista. De paso, en esta estupefaciente norma también ha eliminado el «pin parental», otro monumento al fascismo según la ministra, e introduce cinco días de permiso retribuido y 100 euros al mes por hijo, quizá lo único positivo.

Pero démosle tregua a Ione: ponerle cara cada día a la voz de ventrílocuo de Pablo Iglesias no debe ser fácil. Eso puede explicarlo todo.