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HorizonteRamón Pérez-Maura

No se dejen engañar: les va muy mal

Y ahora, cada vez más, hay socialistas de referencia diciendo que no saben si pueden votar a un PSOE que no tienen claro que sea constitucional

Un día sí y otro también te hacen una interpretación de los sondeos con la que intentan convencerte de que a Sánchez no le va mal. Y no estoy hablando de las «interpretaciones Tezanos: cocina a domicilio», que también. Como si ir cinco puntos por detrás en cualquier encuesta que se haga fuera una minucia. Y entonces te cuentan que Sánchez es más popular que Feijóo. Popularidad inevitable porque lo que de verdad mide esa «popularidad» es si te conocen. Como para no conocerle con lo que le sufren los españoles y con la cantidad de horas de televisión que nos tenemos que tragar. Al hablar de esa supuesta popularidad que miden los institutos demoscópicos conviene recordar la extremada impopularidad que atribuían a José María Aznar cuando ganaba las elecciones por mayoría absoluta. Algo no cuadra con ese baremo.

Pero hay datos mucho más reveladores. En las últimas semanas vemos mucha actividad entre socialistas clásicos que se están revolviendo contra su partido. Este jueves hemos podido escuchar a Alfonso Guerra en la COPE con Carlos Herrera con la justificación de la nueva edición de su libro La España en que yo creo que ha llegado a su sexta edición y al que le ha dado un nuevo prólogo para hablar de lo que le están haciendo a nuestro país. Herrera le preguntó si en las próximas elecciones votaría a Sánchez o a Feijóo. Y Alfonso Guerra respondió que al que se comprometa con la Constitución –no en vano él fue uno de sus autores más relevantes. Pero lo que de verdad es relevante de esa respuesta no es sólo que a ocho o nueve meses de las elecciones generales Guerra, el histórico vicesecretario general del PSOE, no se comprometa con votar a su partido. Es que no tiene claro si el PP no será más partidario de su Constitución que el partido en el que él milita. Y eso ya es de aurora boreal.

Pero lo de Alfonso Guerra ya es lluvia sobre tierra mojada. No son pocos los socialistas que están tentados de cruzar la línea y eso es lo que tiene que capturar Feijóo para tener una nueva mayoría. Se van reuniendo por distintos lugares y el tono de la descalificación al Gobierno crece en cada cita. Un agudo observador de nuestra realidad, Javier Ybarra Ybarra, distribuye por correo electrónico a unos cientos de amigos, varios días a la semana, con cadencia irregular, un boletín antaño llamado «Perritos Calientes desde Maruri» y hogaño anónimo. Ayer hacía un «relato de ultratumba». Contaba cómo el 28 de mayo a media noche se van a pasar por la tumba de Alfredo Pérez Rubalcaba en el «recoleto cementerio» de Alcobendas socialistas históricos a preguntar al difunto «¿cómo nos cargamos a Pedro?». Allí acudirán según Ybarra «Felipe, Alfonso, Corcuera, Leguina y Nicolás» y alguno más francamente sorprendente.

Pero lo que sí creo es que se está produciendo una ruptura dentro del PSOE de enorme relevancia. En el Gobierno de Rajoy se produjo una ruptura en el PP encabezada en primera instancia por Alejo Vidal-Quadras, que no llegó muy lejos, y sucedido después por Santiago Abascal que dentro del PP era mucho menos relevante de lo que puedan serlo en el PSOE Guerra, Joaquín Leguina o Nicolás Redondo. Ya sabemos a dónde ha llegado Vox. El PSOE tiene suficientes problemas con la creciente división de la izquierda. Yolanda Díaz parece cada vez más cercana a Errejón. Una alianza incompatible con Podemos. Ahí ya tenemos una división de la izquierda ante las elecciones generales en tres partidos, sin contar los votantes izquierdistas que se van a los partidos nacionalistas e independentistas. Y ahora, cada vez más, hay socialistas de referencia diciendo que no saben si pueden votar a un PSOE que no tienen claro que sea constitucional. Que no les engañen. A Sánchez le va muy mal, aunque intente hacernos creer que va como un tiro. Lo que no nos dice es dónde se ha disparado el tiro.