Fundado en 1910
El astrolabioBieito Rubido

No contaminen la lengua

En Italia se pretende multar si se deslizan términos anglosajones en documentos oficiales o en empresas privadas. Nada nuevo bajo el sol. Los ultramontanos nacionalistas catalanes hacen algo parecido

Giorgia Meloni, la primera ministra italiana, quiere multar a quien contamine la hermosa lengua de su país –con cuyas palabras se escribieron algunos de los textos más primorosos de la literatura universal–, con anglicismos que solo vienen a demostrar lo pedantorro que es quien los utiliza para tratar de demostrar un superior conocimiento, cuando en realidad solo camufla la carencia de otros recursos expositivos por parte del ponente en cuestión. No le falta razón en esta materia a Meloni, que lamenta la anglomanía creciente que padece su país. Ocurre también en España. Suelen ser jóvenes de bancos de inversión, consultores, profesionales del mundo digital… todos ellos caracterizados por una pedantería digna de mejor causa y que creen impresionar a su interlocutor, cuando en realidad generan el efecto contrario.

En Italia se pretende multar si se deslizan esos términos en documentos oficiales o en empresas privadas. Nada nuevo bajo el sol. Los ultramontanos nacionalistas catalanes hacen algo parecido con su lengua y las chicas de la Banda de la Tarta de Igualdad reconvienen y amenazan por escrito con todos los males del infierno si no se utiliza el lenguaje inclusivo. Todos los casos y supuestos me parecen mal: tanto Meloni, como los independentistas catalanes, como las activistas de extrema izquierda de Igualdad. Dejen fluir la libertad. No le tengan miedo. Pueden aconsejar, recomendar, pero ¿prohibir?

Estoy con Meloni en lo de reprochar a los italianos el uso abusivo de expresiones en inglés. Pero en una sociedad libre, con una lengua viva, lo mejor es que la libertad permita todo tipo de corrientes en esa materia y de ese mestizaje lingüístico aflorará un caudal de expresión más enriquecedor, donde se puede incluir, lógicamente, todo consejo y toda recomendación al respecto. No hay nada peor que la prohibición, ahí comienza el ansia de libertad.

Como apunte final, por mi parte apoyo totalmente a todos aquellos que quieren poner en su lugar a los que le llaman deal al trato, comodites a las materias primas, financial project a un presupuesto y así hasta una larga lista que solo habla de la estulticia pedante de algunos. ¡Con el maravilloso y rico idioma que poseemos!