Fundado en 1910
Vidas ejemplaresLuis Ventoso

Éste es el verdadero sueño de Yolanda

Si el PSOE sufre en las autonómicas y a continuación pierde las generales entrará en una gravísima crisis y acabará surgiendo un nuevo frente de izquierdas

En sus interesantísimas memorias, tituladas El mundo de ayer, el siempre elegante y melancólico Stefan Zweig cuenta su vida europea a caballo entre el final del siglo XIX y los comienzos del XX. El literato vienés evoca el ambiente de dicha que imperaba en las calles de Europa a comienzos del verano de 1914. La alegría de vivir desbordaba terrazas, jardines y cafés. Pocos de aquellos despreocupados viandantes habrían imaginado que solo unas semanas después iba a comenzar una devastadora Guerra Mundial, que duraría cuatro años, tres meses y catorce días y que se saldaría con millones de muertos. Si alguien les hubiese pronosticado semejante catástrofe, probablemente habrían despachado al augur con una risita displicente.

Pero el 28 de junio de 1914, terroristas bosnios asesinaron a tiros en Sarajevo al Archiduque Francisco Fernando, heredero del Imperio Austrohúngaro, y a su esposa. Aquel atentado encendió la mecha de una serie de represalias militares cruzadas, una escalada que acabó convertida en el brutal despropósito de la Gran Guerra.

Toda obra humana puede resultar mucho más frágil y quebradiza de lo que aparenta su fachada. ¿Cómo iban a imaginar los crooner melódicos que dominaban la música popular estadounidense a comienzos de los cincuenta que iban a ser barridos por el rock de Chuck Berry, Little Richard y Elvis? En política ocurre lo mismo. El PSOE semeja un edificio sólido. Pero tal vez sus pilares estén ya apolillados para siempre por la carcoma del sanchismo. Quizá el Partido Socialista esté a punto de implosionar sin que nos percatemos de ello.

Los partidos socialistas de Italia, Francia y Grecia, antaño formaciones gobernantes, han desaparecido del mapa tras severas toñas electorales. ¿Puede ocurrirle al PSOE lo mismo que acabó pasando con sus pares europeos? Probablemente. Hagamos un poco de política-ficción. Si el PSOE pierde Valencia el 28 de mayo (y no digamos si se le escapa también Castilla-La Mancha), su poder autonómico será residual. Si a ello se añadiese una derrota electoral en las generales, que desalojase al partido de la Moncloa a final de año, se abriría una crisis de identidad tremenda. Y ahí es donde aparece el que seguramente es el verdadero sueño de Yolanda Díaz: emerger sobre las cenizas del PSOE como la lideresa del nuevo frente amplio de izquierdas que se formaría tras la implosión de Ferraz, un movimiento donde también movería algunas cuerdas el inefable Zapatero.

Si el PSOE sale achicharrado de las autonómicas y palma las generales, mi pronóstico es que comenzaría la cuenta atrás que acabaría convirtiéndolo en una marca residual. En realidad se produciría un gran corrimiento del mapa político español. El PP templado de Feijóo pasaría a ser algo así como el PSOE de la etapa de González. El PSOE sería suplido por un nuevo frente de izquierda dura. Y la franja diestra quedaría para Vox.

Esas pueden ser las cuentas de la lechera de Yolanda, que tiene una concepto de sí misma de un valor inversamente proporcional a su valía real. Pero antes, claro, tiene que romperse el cántaro del PSOE.