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HorizonteRamón Pérez-Maura

Sánchez y su amor por Bildu

En esta hora se demuestra, una vez más, que uno de los legados más dañinos de su mandato presidencial es que la mentira se ha convertido en un instrumento legítimo de la acción política

Pedro Sánchez no se priva de mentirnos un solo día. No sin razón, mi admirado Luis del Val lo tiene apodado Pedro I el Mentiroso. Apelación muy bien traída dadas sus conocidas ganas de convertirse en monarca espurio. El pasado domingo concedió una entrevista a los diarios regionales del grupo Vocento, encabezados por El Correo -de soltero El Correo Español-El Pueblo Vasco. Todos los medios destacaron unánimemente la afirmación más relevante: la petición de perdón a las víctimas de la ley del «Sólo sí es sí». Pero acortando la frase de una forma muy relevante: «Si hay que pedir perdón a las víctimas, yo pido perdón a las víctimas por estos efectos indeseados». Lo que aquí aparece en cursiva fue omitido en el titular pese a lo relevante que es que él todavía afirme no estar convencido de que debe pedir perdón. Pero ya sabemos que su capacidad para mentir es infinita como se demuestra por la respuesta a la pregunta precedente cuando afirmó que «se ha provocado un efecto indeseado que ni el Poder Ejecutivo ni el Legislativo contemplaron». Hace falta tener poca vergüenza para decir eso sabiendo como sabemos que las advertencias en el pleno del Congreso de los Diputados y desde el Poder Judicial fueron infinitas. Y es muy triste ver que los periodistas del grupo mediático que le preguntaron no contrapreguntaron ante afirmaciones tan alejadas de la verdad.

Peor aún fue su afirmación de que «no tenemos contemplado gobernar con Bildu bajo ningún escenario». Como ya mintió sobre esta opción en el pasado y además de gobernar en Navarra gracias a Bildu, ahora legisla en Madrid gracias a ellos, ya no niega rotundamente esa opción como hizo múltiples veces antaño. Ahora dice simplemente que «no lo tienen contemplado». Porque me reconocerán que entre decir en su día que «nunca» o «jamás» gobernarían con Bildu o decir ahora que «no lo tienen contemplado» la diferencia es inmensa. Es decir, que lo harán sin problema porque las opciones que hoy no se dan, se darán tan pronto como sus votos sean necesarios. Y eso es de una extremada gravedad.

Bildu nunca ha condenado el terrorismo de ETA, su matriz. Y en la actualidad es un miembro clave de la mayoría que apoya al Gobierno encabezado por Sánchez. Sin su apoyo muy notorio no hubieran sacado adelante la Ley de Vivienda que es otra más de las grandes mentiras de este Gobierno.

Es evidente que Sánchez sigue teniendo un apoyo muy relevante en los sondeos. Un apoyo verdaderamente sorprendente para su trayectoria de mentiras. Pero en esta hora se demuestra, una vez más, que uno de los legados más dañinos de su mandato presidencial es que la mentira -como tantas veces hemos dicho aquí- se ha convertido en un instrumento legítimo de la acción política. Y, lo que es peor, ya es aceptable hasta para los medios que le entrevistan, que no creen necesario cuestionar afirmaciones que ellos saben perfectamente que son falsas. Ésta es la degeneración en la que estamos sumisos.