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Cosas que pasanAlfonso Ussía

Pisos

Se atreve con los muertos porque no tiene canicas para enfrentarse a los vivos. Y ahora nos viene con los pisos

Hortérez ha prometido la construcción de 187.000 pisos en las dos últimas semanas. Y habrá centenares de miles de españoles que le votarán por ello. La Sociedad Empresarial del Suelo advierte que los terrenos en los que se levantarán los pisitos de Hortérez están todavía en fase de identificación. No habrá pisos porque no tienen ni el suelo para construirlos, pero a Hortérez la mentira no le afecta. Es lo único que domina. Su tesis doctoral es más falsa que un abrazo de Yolanda Díaz. Hizo trampas en una votación de su partido y fue expulsado del PSOE. Llegó a la presidencia del Gobierno, aprovechando la cobardía de Rajoy, pactando con los separatistas, los podemitas y los terroristas. Ha colocado a todos sus amigos –ay, Luismi– al frente de instituciones públicas, a dedazo limpio, sin exigirles otra cosa que su lealtad canina. Ha incrementado la deuda pública española en casi doscientos mil millones de euros. Colocó a su mujer en Marruecos y se ha convertido en el obediente mayordomo de Mohamed VI. Mohamed VI guarda en el cajón de su mesilla el móvil de Hortérez, y lo usa para chantajearlo con brillante efectividad. No puede pisar la calle. Para trayectos de veinte kilómetros utiliza el helicóptero Superpuma , y no se baja de Falcon o el Air Bus del Ejército del Aire.

Los usa para acudir a actos de gran importancia nacional e internacional, como la boda de su cuñado, conciertos playeros, y vacaciones familiares en La Mareta o las Marismillas. Sueña con una Justicia sometida a sus dictados. La Fiscalía ya está en su banda. Y el Tribunal Constitucional, presidido por el inefable Conde, y además, Pumpido. Ha masacrado a los españoles con impuestos deleznables. Tiene el Gobierno más numeroso y más inútil y perverso de nuestra historia. Ha suplantado a los funcionarios del Estado por asesores amiguetes en todos los ministerios. Pacta con Bildu la expulsión de la Guardia Civil y la Policía Nacional de Navarra. Pacta con ERC la prohibición de enseñar el español en los colegios de Cataluña. Y ahora nos anuncia 20.000 pisos más de los 187.000 prometidos y no construidos sin tener siquiera el terreno para iniciar las obras. España se ha desgajado, desencuadernado y casi desaparecido después de sus primeros tres años. Pero no ha culminado su obra. Ha reconocido que quiere ser el Largo Caballero del siglo XXI. Ha tenido el coraje y la valentía de vencer a tres cadáveres. El de Franco, el de Queipo de Llano y el de José Antonio. Se atreve con los muertos porque no tiene canicas para enfrentarse a los vivos.

Y ahora nos viene con los pisos.

No voy a valorarlo porque me aguardaría la cárcel según la Ley de la Memoria Democrática, que respetó el PP de Rajoy. Me resumo en las cifras. Durante la Jefatura del Estado del general don Francisco Franco, se construyeron más de ¡cuatro millones! de viviendas protegidas. Y se hicieron 600 pantanos, agua para las ciudades y el campo, hoy condenados a la sed por influencia de los ecologistas «sandía», tan de su cuerda. Y todo se construía con dinero público procedente de unos impuestos insignificantes. El dinero no sobraba, pero nadie lo robaba, y estaba ahí.

No es sólo un mentiroso. Es un psicópata perverso, un enamorado de sí mismo, un hortera descomunal al que sólo le importa su yo. No habrá pisos, del mismo modo que no habrá España si no pierde las elecciones. Todos los controles de fiabilidad están en sus manos.

Y me he quedado cortísimo.