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HorizonteRamón Pérez-Maura

Socialistas y bilduetarras: se les cae la cara de vergüenza

Que Otegui haya pasado de jactarse de sus victorias sobre el PSOE a exclamar «Ez dago galderarik», que significa «no hay preguntas». Ni lo que hay que tener. Lo que un tipo como Otegui suplía con la pistola en la mano. Ése era su valor

Quizá hayan cruzado una línea que no permite retractarse. La lista de candidatos electorales etarras difundida por Covite es una mina bajo la línea de flotación del sanchismo. Y los bilduetarras saben que es muy conveniente que el PSOE siga teniendo el máximo poder posible porque un cambio de inquilinos en la Moncloa puede dificultar mucho sus vidas. A pesar de que ya es difícil cambiar nada de lo que ha avalado este Gobierno, todavía está en vigor la ley de partidos de 2002 que establece en su artículo nueve que es causa para instar a la ilegalización de un partido el «incluir regularmente en sus órganos directivos o en sus listas electorales personas condenadas por delitos de terrorismo». Esto es lo que toda la vida se llamó «ponérselas como a Fernando VII». Lo normal sería que el fiscal general del Estado hubiera comunicado la apertura de diligencias para estudiar si con la lista difundida por Covite y los precedentes en elecciones anteriores en las candidaturas batasunas hay causa para invocar ese artículo. Pero todos sabemos que eso no va a ocurrir.

El gran cambio que se produjo ayer fue el de ver salir corriendo a Arnaldo Otegui en Vitoria, cuando los periodistas le preguntaban por esta cuestión, después de presentar las candidaturas de su formación. Ya el día anterior habíamos visto a los ministros del Gobierno huir despavoridos de los periodistas cuando suelen mostrar un afán cansino por perorar ante los micrófonos de lo que sea con tal de que su imagen quede reflejada en algún medio. Pero ahora no, porque su electorado no puede soportar que los asesinos de tantos compañeros de partido, de tantos demócratas, puedan ser hoy candidatos de un partido con el que el PSOE está gobernando en Navarra. Claro que, al menos la presidente del Gobierno de Navarra, María Chivite, no ha podido esquivar la cuestión pues ella no hubiera gobernado los cuatro últimos años sin el apoyo de Bildu. Y las encuestas apuntan a que tampoco podrá gobernar los próximos cuatro sin el respaldo de los bilduetarras. Así que ella ha salido a decir que se alegra de que esos etarras sean hoy parte de las listas. Ningún votante del Partido Socialista de Navarra podrá prestarse a engaño.

Lo que ahora falta por ver es si el votante medio del PSOE en toda España puede sufragar por ese partido sabiendo que es el que Gobierna con los herederos de los asesinos, una formación que lleva en sus listas a criminales. Redimidos penalmente, sin duda. Y con sus derechos de sufragio activo y pasivo en pleno vigor. Pero un partido que nunca podrá limpiar su nombre y las más de 800 vidas cercenadas, por no hablar de las muchas víctimas de su violencia y extorsión, los secuestrados, los desterrados, los torturados por la presión callejera en los pueblos vascongados. Todo eso lo ha ignorado el PSOE. Y la desvergüenza es tanta que sus ministros ya no se atreven a dar la cara. Y tampoco los beneficiarios de Bildu. Que Otegui haya pasado de jactarse de sus victorias sobre el PSOE a exclamar «Ez dago galderarik», que significa «no hay preguntas». Ni lo que hay que tener. Lo que un tipo como Otegui suplía con la pistola en la mano. Ése era su valor.