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Cosas que pasanAlfonso Ussía

Mas aquel...

Existen dos tipos de pulpo en las maravillosas costas gallegas. El pulpo común, el «octopus vulgaris», y el pulpo de Fene, el «octopus vulgarisimus»

Don Mendo ha sido encerrado en la torre abovedada del Castillo de Manso del Jarama. Reflexiona y medita. Y se habla a sí mismo. Mantiene su esperanza en Magdalena, su amor arpío, que por conveniencia ha aceptado su boda con don Pero, Duque de Toro. Principio del segundo acto.

Acaso por salvarse aquella noche
Aceptó del de Toro sin reproche
El amor, y la fe, y el galanteo…
Mas aquel ¡Pero mío!, aquel sobeo
Delante de mi faz, estuvo feo…

Se celebró, días atrás, una de esas fiestas frecuentes en Galicia con el pulpo como protagonista. Existen dos tipos de pulpo en las maravillosas costas gallegas. El pulpo común, el «octopus vulgaris», y el pulpo de Fene, el «octopus vulgarisimus». El «vulgaris» es el que se come, molusco cefalópodo octópodo de la familia Octopodidae. Tiene ocho brazos que procuran un manjar exquisito muy apreciado en Galicia, especialmente. Y el «vulgarisimus» solo cuenta con dos brazos y se dedica al sobeo y al besuqueo. Se trata de un pulpo en peligro de extinción por cuanto sólo se conoce un ejemplar. Ha sobado y besuqueado a Su Santidad el Papa, a Sánchez, a Petro, a Lula, y al que se le ponga a tiro. Y en Galicia ha coincidido con el jefe de la campaña electoral del Partido Popular, Borja Sémper, al que también se ha comido públicamente con lametones, sobeos y cariñitos. Se trata de un pulpo peligroso, aparentemente cariñoso y benigno, pero rebosado de veneno y malas intenciones. Muchos votantes del Partido Popular han deplorado la escena del pulpo de Fene comiéndose literalmente a su jefe de campaña.

Acaso por complejo y sin reproche
Aceptó del de Fene aquel derroche
Del amor, y de ardor, y el besuqueo.
Mas aquel ¡Sémper mío!, aquel sobeo
Delante de mi faz, estuvo feo…

En una campaña electoral las sorpresas saltan. Lejos de ahí, en Alcalá de Guadaira, provincia de Sevilla, localidad donde se elabora el mejor tocino de cielo de España, la alcaldesa socialista y candidata a repetir chollo, Ana Isabel Jiménez Contreras –información nacida de El Debate, de aquí mismito–, socialista ella, ha contado con el apoyo, en lugar preferencial de su mitin, nada menos que de Bertín Osborne, cuya trayectoria socialista no destaca en su currículo vital, personal o artístico. Bertín –Norberto Ortiz Osborne–, es un tipo muy simpático, pero con amigos extraños. Su amistad con Miguel Ángel Revilla sitúa a Bertín en el ámbito de la permanente confusión. Vive en el campo, en el término de Alcalá de Guadaira, y es lógico que conozca y comparta simpatías y aprecios con la alcaldesa socialista. Pero de ahí a ocupar asiento de primera fila en un mitin del PSOE, media largo trecho. Como también es amigo mío de muchos años no le pido explicaciones. A los amigos no hay que explicarles nada. Siempre existe un motivo que justifica lo inexplicable, pero les puedo asegurar que entre Bertín Osborne y un votante socialista se establece una distancia semejante a la que existe entre la sabiduría y riqueza intelectual de la académica Carmen Iglesias, y la asnal burricie y oquedad mental de la ministra de Igualdad. Tiempo habrá para comprender este desajuste osborniano.

Lo del pulpo de Fene no tiene secretos. Soba y besuquea al que le cae bien.