España no existe

Es curioso cómo el presidente del Gobierno intenta vendernos los éxitos de su gestión alrededor del mundo y cuál es la realidad cuando se contrastan los hechos. En las últimas semanas hemos tenido dos ejemplos muy relevantes.

Primero fue la visita de Sánchez a la Casa Blanca. Antes de ir, Bolaños ya nos dijo que esto era un encuentro de la máxima trascendencia, como lo había sido el de su visita al dictador chino. Lo cierto es que cuando vimos a Sánchez y a Biden sentados en el Despacho Oval llamaba la atención que para decir las dos o tres amabilidades que siempre se manifiestan en momentos así, Biden las llevaba apuntadas en una cuartilla. Se ve que los encuentros que ha tenido hasta ahora con el presidente del Gobierno español no le han dejado una huella indeleble. Presentar esa escena como una muestra de cercanía ante ambos dirigentes es ridículo porque la foto de Biden en esas mismas butacas se la hace hasta con el gobernador general de Tuvalu.

Pero lo peor estaba por llegar en la rueda de prensa posterior, que Sánchez dio sin compañía del presidente norteamericano y en el aparcamiento posterior de la Casa Blanca. Siguiendo la marca de la casa, Moncloa hizo uso de la mentira para explicar la soledad del presidente en esa intervención. Se nos dijo que Biden sólo da ruedas de prensa conjuntas con jefes de Estado extranjeros, no con jefes de Gobierno como es el caso de Pedro Sánchez –muy a su pesar. Como antes se coge a un mentiroso que a un cojo, enseguida empezaron circular las fotos de Biden dando ruedas de prensa con los primeros ministros Boris Johnson y Rishi Sunak, además de con el canciller Olaf Scholz, entre otros. Ninguno de ellos jefe de Estado. Y como ya hemos recordado en otra ocasión, Aznar coincidió con Bush tres años y en ese tiempo visitó la Casa Blanca cuatro veces, el rancho de Bush en Texas una y la residencia de Camp David otra. Y dio varias ruedas de Prensa con él. Como Rajoy la dio con Trump el día que le visitó y hasta Felipe González la dio con el gran Ronald Reagan.

Si esta visita de Sánchez a la Casa Blanca no ha sido suficiente prueba de que España no existe en la escena internacional, esta semana hemos tenido la gira europea de Volodímir Zelensky, el presidente ucraniano que hasta ahora había hecho casi todas sus intervenciones en foros internacionales telemáticamente. En su ronda europea ha ido a visitar a Giorgia Meloni, al Papa Francisco, a Olaf Scholz, a Emmanuel Macron y a Rishi Sunak. Pero España, nada. No estaba en el perímetro de sus intereses. Zelensky ya está un poquito hasta los perendengues de las fotos con un Sánchez que luego no cumple nada de lo que promete.

Al final, quien es un mal gestor nacional jamás es un buen gestor internacional. La incompetencia no suele estar parcelada. Y con Sánchez hemos conseguido que la irrelevancia de España en la escena internacional se esté acrecentando hasta el punto de parecer que no existe. Por más consejos europeos por toda España con los que nos van a asaetear el próximo semestre, Sánchez y su ministro de Exteriores han conseguido llevar a España a la irrelevancia.