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Cosas que pasanAlfonso Ussía

IDR

Los poseedores del IDR tendrán que seguir mostrando el DNI español para obtener el pasaporte, el permiso de conducir y el derecho al voto

El Debate nos informa de una noticia de alcance semiplanetario. No ha tenido repercusión ni conocimiernto en la totalidad del planeta. En la zona noroeste de Papua carecen los papuenses de información al respecto, así como en el norte de la península de Yokomoto – Japón–, en la totalidad de Swazilandia, y en los barrios musulmanes de Barcelona –España–. El resto del globo terráqueo ha acogido la buena nueva con la serenidad que es característica en el resto del globo terráqueo. Y la noticia, esperada, por cierto, no es otra que la implantación de un documento nacional de identidad de Cataluña, que responde a las siglas de IDR , Identidad Digital Republicana, en catalán «Identitat Digital Republicana», de sencilla traducción. El organismo emisor del IDR es el «Consell – Consejo– de la República, con sede en Bélgica, que preside el «cagacalces» –pronúnciese «cagacalsas»– de Puigdemont. Solicitarlo a través de la página web del «Consell» y recibirlo en el domicilio del solicitante cuesta 12 euros. No obstante, los poseedores del IDR tendrán que seguir mostrando el DNI español para obtener el pasaporte, el permiso de conducir y el derecho al voto. Eso sí, en los municipios que han admitido con entusiasmo expedir el importante documento, considerarán a partir de ahora su carácter identificativo para darse de alta en las bibliotecas municipales y para ocupar lugares de ritmo presidencial durante la divertida ejecución de una sardana popular y festiva. Algunos de esos municipios son sobradamente conocidos, como Torres del Segre, Vic, Osona, Amposta, Montsiá y el gerundense Amer, cuna del «caguetes» – pronúnciese «caguetas»– fugado de la Justicia. Por ahora, las solicitudes no han bloqueado la página web del «Consell», pero cuando se hagan públicas todas sus ventajas, las colas de los solicitantes cubrirán el recorrido que separa Waterloo del domicilio de los Negreira.

¿Y cuáles son esas ventajas? Las enumero a renglón seguido:

1/ Descuento del 3 por ciento en los autobuses que transporten a los aficionados al estadio de Montjuic durante las próximas diez temporadas. 2/ Descuento del 6 por ciento, con sólo mostrar el IDR, en la adquisición de cualquier producto de embutidos porcinos de Casa Tarradellas. 3/ Regalo de retal de seda de 45 por 62 centímetros de una bandera estrellada para forrar un almohadón casero. 4/ tres papeletas gratuitas para las tómbolas benéficas que se establezcan en fiestas patronales en las localidades que reconozcan el IDR.

Si la papeleta premiada coincide con el número del IDR del afortunado, y el premio, por poner un ejemplo, es una olla exprés, el «Consell» se compromete a enviar, haciéndose cargo de los gastos de envío, la olla exprés al domicilio del afortunado poseedor de la papeleta, siempre que el afortunado poseedor, con el fin de evitar irregularidades, haga llegar al «Consell» una copia escaneada de su DNI español. 5/ Publicación gratuita de una fotografía de tamaño carné en La Vanguardia el día de la onomástica del solicitante. 6/ Fotografía de la familia Pujol al completo dedicada al poseedor del IDR que la solicite con veinte meses de antelación. 7/ Obsequio de Atresmedia del libro 100 artículos escogidos de Marhuenda de inminente edición. 8/ Acceso gratuito a la Sagrada Familia de Gaudí, cuando finalicen las obras de culminación del templo, a los biznietos y tataranietos de los actuales poseedores de IDR. 9/ Una mona de Pascua. 10/ Figurilla en imitación de bronce de Luis Companys mientras firma sentencias de matarile.

Un chollo.

Me apresuro a darme de alta en el IDR.