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Vidas ejemplaresLuis Ventoso

El PSOE huele a gran toña

El sanchismo llega al 28-M desfondado por el descrédito de su líder, los líos con Bildu y los sonrojos de la compra de votos y el secuestro de Maracena

El pasado domingo se celebraron las elecciones en Grecia. Los conservadores que están gobernando ganaron con el 40,8 % de los votos. Syriza, el Podemos local, fue segundo con la mitad, 20 %. El histórico y antaño poderoso PASOK, el equivalente al PSOE, ocupó la tercera posición, con solo un 11,5 %. Mi pronóstico es que el PSOE, hoy ya Partido Sanchista, iniciará mañana una implosión similar, como les ocurrió ya antes a sus pares de Francia e Italia.

El PSOE llega a la primera de las dos cruciales citas electorales de este año con los siguientes problemas a cuestas:

1.-Un líder desacreditado, con etiqueta de mentiroso, altivo y marrullero y lastrado por unas alianzas infames con partidos antiespañoles. Su valoración demoscópica real es ínfima. Está achicharrado y ni siquiera puede pisar una calle sin una sinfonía de abucheos. Por eso ha cometido un grave error táctico al echarse la campaña socialista a sus espaldas.

2.-Los hogares sudan cada vez más para llegar a fin de mes. La economía se ha beneficiado de la inesperada bajada de los precios de la energía y del bum del turismo tras la pandemia. Pero en la vida cotidiana de las familias todo se ha puesto muy cuesta arriba. Existe dolor económico y eso lo paga siempre quien está gobernando.

3.-La corriente política mundial no está hoy por la socialdemocracia (con la triste excepción de Iberoamérica, que ha vuelto a sucumbir a la ensoñación zurda). En Europa, ha caído la socialista que mandaba en Finlandia, los conservadores han goleado en Grecia, la derecha manda en Italia, en Reino Unido, Hungría, Polonia… Solo quedan tres reductos socialdemócratas en la UE: Portugal, donde en realidad el primer ministro es de centro y el presidente de la República, conservador; Alemania, pero en coalición y sumidos ya en recesión; y la España del fallido experimento con socialistas y comunistas.

4.-La campaña electoral del PSOE ha resultado catastrófica. Comenzó en sus prolegómenos con el patinazo protocolario de Bolaños en el 2 de mayo madrileño, que retrató la altanería chuleta del sanchismo. Continuó con las listas de asesinos de Bildu, que evidenciaron con desgarro lo infectas que son las alianzas de Sánchez. Y de traca final han llegado los escándalos de la compra de votos por parte de los socialistas en Mojácar; el secretario de organización del PSOE andaluz como cómplice de un secuestro –¡y todavía no lo han echado del partido!–; y la compra de votos en Melilla a cargo de una formación promarroquí a la que el PSOE ha venido dando oxígeno. ¿Quién da más?

Con semejantes losas encima no es posible ganar unas elecciones, ni siquiera disfrutando de la anomalía de que la mayoría de las televisiones reman para el PSOE (aunque ya un poquito menos, porque olfatean que llega el cambio de ciclo y en el tertulianismo se percibe que toca saltar del navío que zozobra).

La anomalía sanchista, el Nuevo Frente Popular que amenaza la seguridad jurídica y la propia unidad de España, puede estar viviendo su final. Ahí fuera existe un hartazgo enorme, que no se puede acallar comprando voluntades con aguinaldos de última hora a costa del erario público.