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Unas líneasEduardo de Rivas

España perdió las elecciones

Creíamos que teníamos un sistema al nivel de las mejores democracias del mundo y un golpe de realidad nos ha demostrado que no nos diferenciamos tanto de alguna república bananera

No han cerrado todavía los colegios electorales ni sabemos quién ganará hoy. Al final de la jornada habrá un vencedor de estas autonómicas con aire de primera vuelta presidencial, pero, antes incluso de ir a votar, ya sabemos quién ha perdido los comicios. No ha sido Sánchez, ni tampoco Feijóo, ni siquiera Ayuso. Quien ya ha perdido estas elecciones ha sido España.

A los españoles se nos ha hurtado la tranquilidad con la que afrontábamos cada proceso electoral. Creíamos que teníamos un sistema fuerte, inquebrantable, solvente al nivel de las mejores democracias del mundo y un golpe de realidad nos ha demostrado que en algunos aspectos no nos diferenciamos tanto de alguna república bananera.

Podríamos pensar ingenuamente que la compra de votos ha sido algo puntual, pero que se descubran tramas sin relación aparente entre ellas en diferentes puntos del país hace pensar que el sistema está podrido por dentro. Se ha traficado con lo más importante de la democracia, con lo único que de verdad convertía a todos en iguales en este país, sin importar la profesión, el nivel de ingresos o la procedencia. El voto era lo único que ponía a todos al mismo nivel porque cada uno tenía el suyo, pero ya ni eso.

La ley daba la capacidad al ciudadano de delegar su voto, confiaba en la honorabilidad de unos españoles que llevaban 40 años sin democracia. Pero la ley no tenía en cuenta la picaresca española, capaz de cualquier tropelía por un puñado de euros. No tardarán en cambiar la norma y exigirán presentar el DNI para entregar la papeleta, aunque el daño ya está hecho.

Por eso hay que ir hoy a votar, para demostrar que no todo está en venta y mandar un mensaje contundente a los que pretenden lograr alcaldías a base de talonario. También al que está en Moncloa, que el viernes renegaba de la compra de votos y hablaba de campañas para fomentar la abstención, pero negar un problema ni es la solución ni le va a salvar de hacer las maletas más pronto que tarde.