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Al bate y sin guanteZoé Valdés

La traición de Josep Borrell y de la UE a los cubanos

Queda en evidencia que en la actualidad el político europeo ha traicionado a los cubanos, como lo ha hecho también la Unión Europea

Cuando los cubanos logren liberarse de esa tiranía de más de 64 años de existencia, entre represión, encarcelamientos, torturas, fusilamientos, exilios, miseria y falta total de libertades, no debemos jamás olvidar el pésimo rol que ha desempeñado la Unión Europea, salvo rarísimas excepciones, y los socialistas españoles, en el anhelo de reconducirnos hacia la libertad radical de nuestro país.

De ninguna forma deberemos obviar el cambio, para peor, de Josep Borrell, con relación a la actuación de la UE en Cuba, quien pasó de apoyar –aunque tibiamente– y hasta de premiar a los opositores, a ser cómplice de la tiranía social-comunista; lo que se ha podido demostrar en la más reciente visita a la isla, que él mismo ha divulgado con entusiasmo en las redes sociales.

El problema de Cuba no es su pésima o ninguneada gestión económica, como se pretende subrayar con esta visita del político europeo y español. No, el problema de Cuba, que la UE y el resto del mundo debieran tomar en serio de una vez y por todas, es la tiranía castro-comunista liderada por un títere, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, y comandada desde la sombra por Raúl Castro y su hijo Alejandro Castro Espín, encabezando la Junta Militar que domina la isla con puño férreo.

La solución para los problemas de Cuba pasa por eliminar de forma radical a esa tiranía. Sólo conseguiríamos hacerlo con el puntal incondicional de todos los que han apoyado en otras partes del planeta el derecho a las libertades y los derechos humanos. No es eso lo que está haciendo la UE, y mucho menos lo que anda promocionando Josep Borrell con su visita, y con esos tuits que no sólo dan vergüenza, dan dentera, y provocan ira.

En numerosas ocasiones he comentado que no espero nada de ningún político europeo para Cuba, sin embargo, debo señalar que Vox ha sido solidario con nosotros; desde hace un tiempo, para colmo, he tenido que añadir que no espero nada de los presidentes ni políticos norteamericanos. Es más, no espero nada más de nadie, como no sea de parte de los cubanos mismos.

Es la razón por la que subrayo que los cubanos no deberíamos olvidar jamás a estos sinvergüenzas europeos que sin ningún tipo de escrúpulos han ido a pactar con los criminales que han devastado nuestro país y han ido a restregarse con los esbirros, entregados demencialmente a la ficha equivocada. Estamos muy solos, tenemos que ser conscientes.

Un día, no muy lejano, esa ficha, el poder, cambiará de manos, de bando, y ocurrirá de forma absoluta, entonces no podríamos sostener ninguna contemplación frente a semejantes cómplices.

Mientras más tiempo transcurre y mayor resulta ese incesante colaboracionismo canallesco con el régimen, más tendremos que sostener la idea y la acción de que no seremos generosos, no daremos la más mínima oportunidad a los que han traicionado la libertad de Cuba, y la siguen traicionando.

Ustedes, lectores, no olvidarán a Josep Borrell durante el intento de golpe de Estado en Cataluña, no olvidarán aquel discurso entreguista. Si esto le hizo Josep Borrell a España, qué no hará contra Cuba.

Hace tiempo escribí un artículo donde dejaba claro que Josep Borrell había sostenido una actitud coherente frente a algunos opositores y presos políticos durante la Primavera de Cuba en el 2003, lo que expresé en aquel texto iba en aras de no faltar a la verdad. Pero ahora, esa verdad queda pisoteada y ensuciada por su protagonista. Porque no queda la menor duda de que Borrell ha pateado las acciones que una vez llevó a cabo enfrentándose a la tiranía comunista. Queda en evidencia que en la actualidad el político europeo ha traicionado a los cubanos, como lo ha hecho también la Unión Europea.

Viajar a Cuba y tomar en consideración a los dictadores y esbirros, negarse a entregar un listado de los presos políticos con la idea de negociar su liberación inmediata, listado que hoy sobrepasa la cifra del millar, resulta de las acciones más viles que un español, que un europeo, ha engendrado en favor del mal y mantenido del lado de lo siniestro.