Sánchez tendrá una campaña peor
Quienes creen que este adelanto ayuda a acallar a las bases y los barones regionales olvidan que esos ya han perdido su poder –en la mayoría de los casos– y saben que buena parte de la culpa es de Sánchez. Así que pedir que ahora se sacrifiquen por él quizá sea demandar un poco demasiado
El final de la campaña de las elecciones municipales y autonómicas fue percibido como una tortura para el sanchismo. Algo hemos escrito al respecto en El Debate. Querían que aquello acabase de una vez, cuanto antes, en medio de los escándalos del voto por correo, una imputación por secuestro –ayer dimitió «temporalmente» Noel López como número tres del PSOE andaluz– una agresión física… si hubieran intentado hacerlo peor, no lo hubiesen conseguido. Y teniendo eso en cuenta, encaja perfectamente que Pedro Sánchez ya tuviera previsto antes del domingo que el resultado podía ser un desastre. Pero ni en la mayor de sus pesadillas imaginó que sería lo que finalmente fue. Y en esas circunstancias, la opción menos mala era la de disolver las Cortes a la carrera.
No estoy seguro de si Sánchez se ha dado cuenta de que los 53 días que le quedan hasta la apertura de las urnas pueden ser todavía peor que los vividos la semana pasada. No me imagino que se pueda producir una repetición de las escenas policiales, aunque el voto por correo va a ser un factor decisivo en estos comicios. Pero el escenario ha variado drásticamente. Quienes creen que este adelanto ayuda a acallar a las bases y a los barones regionales olvidan que esos ya han perdido su poder –en la mayoría de los casos– y saben que buena parte de la culpa es de Sánchez. Así que pedir que ahora se sacrifiquen por él quizá sea demandar un poco demasiado. Mañana jueves se reúne en Madrid el Colectivo Fernando de los Ríos, que encarna hoy el PSOE antisanchista. Ahí comparecerán, entre otros, Cándido Méndez, exsecretario general de UGT y Nicolás Redondo, exsecretario general del PSE-PSOE. Son los primeros en dar la cara. A estas alturas, estos actos pueden empezar a proliferar porque ya son muchos los que no tienen nada más que perder.
También puede variar un poco el escenario electoral en relación con los medios de comunicación. Todos hemos visto actuar en los últimos meses a las brigadas mediáticas habituales haciendo una defensa a fondo del sanchismo y su gestión. Pero entre esos medios hay muchos que están ahí sólo por el dinero. Tienden a venderse al mejor postor. Y cuando las indicaciones de cambio inminente e inevitable son tan apabullantes, suelen empezar a acercarse al posible nuevo presidente del Gobierno y su entorno. En algunos casos con un entusiasmo un tanto bochornoso ansiando que caiga algo del árbol.
Además, el entusiasmo que ha demostrado Sánchez por Yolanda Díaz a lo largo de los últimos meses puede estallar en cualquier momento. La convocatoria anticipada ha pillado a Díaz con la ropa tendida. Sumar no es más que humo. Supongo que si yo fuese José Félix Tezanos diría que el fracaso de Podemos el 28 de mayo confirma su predicción del gran auge de Sumar. Que no se ha visto en estas elecciones porque no se ha presentado. Pero no nos engañemos. Eso no sería más que una elucubración barata.
Como es propio de él, Sánchez ha apuñalado a sus aliados de extrema izquierda para aprovecharse de la orfandad de liderazgo en su sector. Con Podemos en riesgo de convertirse en formación extraparlamentaria, no está muy claro qué es lo que va a sumar Sumar. Y en todo caso, los restos de Podemos que puedan unirse a Sumar –donde ya ha aterrizado Izquierda Unida– no creo que contribuyan al tono amigable con Sánchez que ha buscado éste promoviendo a Yolanda Díaz. Mi admirado Alfonso Ussía sostiene hoy en estas páginas que Sánchez acabará dejando la candidatura socialista a Yolanda Díaz. Yo creo que es imposible por más lógica que tenga lo que explica Alfonso. Yo creo que vamos a ver a una Yolanda Díaz muy cabreada y atacando a Sánchez que no le puede ceder el puesto porque el PSOE ardería con una candidata externa.
Así que, en su desesperación, Sánchez tiene los bemoles de hacer una campaña audiovisual sobre las mentiras del PP. ¡El presidente más mentiroso de la historia de la democracia occidental!!! Ahora nos saca el Prestige de 2001 o el accidente del YAK de 2003 o los atentados del 11-M de 2004. Suponiendo que hubiera alguna mentira –en la actuación de Sánchez nadie duda que las ha habido– este PSOE histérico que tiene que armar una campaña contrarreloj tiene que remontarse a una gestión de hace dos décadas. Lo siguiente será Franco, claro. Están tardando mucho en sacarlo a pasear.