Reservas
A líder carismático caído, líder carismático puesto. Son tres los nombres que se barajan y disputan la ilusión de los militantes y votantes socialistas
Para ganar hay que tener muy buenos reservas. Lo dijo don Alfredo Di Stéfano. Con los políticos reservas del PSOE, Di Stéfano acertó.
De no producirse una monumental trampa electoral, el PSOE da por cerrada su etapa sanchista. Sánchez renunciará a su escaño, y se establecerá en la República Dominicana o en Marruecos. Nada de organismos internacionales o chollos europeos. La Unión Europea está rebosada de corruptos, pero no de rematadamente idiotas. Y el PSOE nada tiene que temer. A líder carismático caído, líder carismático puesto. Son tres los nombres que se barajan y disputan la ilusión de los militantes y votantes socialistas. Don Pachi López, el eximio pensador vasco, Pilar Alegría «doña Jurisdiprudencia» –«Jurisprudencia» le parece demasiado corto– y Adriana Lastra, la titán de Ribadesella. No se descarta del todo a Rafael Simancas, el «Beckenbauer de Arroyomolinos», ni a Chiqui Montero, la «Konrad Adenauer» del Tesoro Español. Adenauer, aquel gran dirigente alemán de una nación devastada por su derrota tras la Segunda Guerra Mundial –derrota, por otra parte, más que merecida–, optó por sostenerse en el «Patrón Oro» del economista francés Jacques Rueff en perjuicio del «Patrón Dólar» que le recomendaron los americanos. Y aquel país derruido se levantó con la inestimable colaboración del pueblo alemán, que acordó trabajar dos horas más en su labor diaria en beneficio de la recuperación alemana. De ahí que a Chiqui Montero se le conozca como la «Konrad Adenauer» de nuestra economía, por lo simpática y comprensiva que se ha mostrado subiendo los ya insufribles impuestos a los trabajadores españoles. Y por su gracia salerosa.
La favorita es «doña Jurisdiprudencias» que es «infiniditamente» más lista que el eximio pensador vasco, Pachi López. Se dice –no puedo demostrarlo– que Pachi López cuando compra un coche nuevo, ordena que le instalen parabrisas interiores, porque al tiempo que conduce hace con los labios el ruido del motor –prrumm prrumm–, impactando un considerable caudal salivar en la luna frontal del interior. Tampoco es para tanto. Hay organizadores de «fiestas sorpresa», que al hacer entrada el sorprendido en el lugar del festejo, gritan «¡Tachán, tachán!», y sus amigos le siguen saludando. Lo mismo que el «prrumm prrumm» del portugalujo. Que no es menosprecio. Portugalujo son todos aquellos que han nacido en Portugalete, y no hay tu tía.
Adriana Lasta es, probablemente, la más cualificada por su cultura y sensibilidad entre los posibles sucesores. Le pierde un poco su excesiva vehemencia. Trabajó tanto durante su modesta infancia que no tuvo tiempo para estudiar, pero sus paisanos elogian su habilidad en la pesca nocturna del chipirón.
El «Beckenbauer de Arroyomolinos», magnífico reserva, seguirá calentando banquillo. Excesivamente entusiasta de las declaraciones contraproducentes. Muy pelota –detalle que le salva–, y de honesto proceder. No regala sonrisas, pero cuando lo hace, resulta encantador.
Y la Chiqui es la que menos posibilidades tiene de suceder al hortera derrochador supremo. Ignoro las causas de su reducido margen de triunfo, y solicito perdón por mi incapacidad para analizar su situación.
Es lo que nos sucede a los grandes analistas políticos. Que de repente, y sin motivo alguno, ni puñetera idea.