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HorizonteRamón Pérez-Maura

Catalanes, árabe y swahili

Mucho de dárselas de católicos, pero preferían inmigración musulmana. Y eso, por si el clan Pujol no lo sabe, tiende a ser causa de conflictos sociales. Pero está claro que ellos querían conflictos, aunque fuesen de otro tipo

Hemos tenido noticia de la gran iniciativa del Gobierno de Esquerra Republicana de Cataluña de firmar un acuerdo con la Liga Árabe para empezar a promover la lengua árabe entre los catalanes. Sin duda eso debe de ser más útil que hablar castellano. Quizá la consejera de Exteriores de la Generalidad de Cataluña, Meritxell Serret, no lo sepa. Pero el idioma español es hablado por unos 560 millones de personas según https://www.ethnologue.com/language/spa/ mientras que el árabe es hablado por algo más de 370 millones de personas según la misma fuente https://www.ethnologue.com/language/ara/

Aparte del número, se da la circunstancia de que esos 370 millones de hablantes de árabe tienen distintas variantes que lo hacen incomprensible entre unos pueblos y otros. El árabe de Marruecos no es comprensible en Irak y el de Siria no se entiende en Libia. Vamos, esto es como lo del vascuence que tiene seis o siete variantes y los de un valle no se entienden con el de al lado. Así que tuvieron la brillante idea de inventar el batúa para que hubiese una variante más, artificial, pero de aprendizaje obligatorio.

El árabe es al revés. Es el árabe clásico, el que se emplea académicamente, el que sigue siendo una lengua unificada, pero que un turista no podrá emplear en las calles de las capitales árabes. La gran cuestión es qué árabe va a enseñar la señora Serret en Cataluña y qué uso quiere darle. Sólo se me ocurre que es para ayudar a una mayor integración de los árabes en Cataluña. Esto va en la línea que apuntó Pujol en su día. Él ya dijo que prefería inmigración árabe y ERC le está resucitando políticamente. Aquella demanda de Pujol no era por tender la mano al inmigrante. En absoluto. Era un acto de puro racismo para rechazar la llegada de otros españoles. Porque mucho de dárselas de católicos, pero preferían inmigración musulmana. Y eso, por si el clan Pujol no lo sabe, tiende a ser causa de conflictos sociales. Pero está claro que ellos querían conflictos, aunque fuesen de otro tipo.

Esta izquierda tiene una constante querencia a emplear el idioma como un arma para la lucha política. Y cualquier día vemos a los catalanes con un convenio como el que ha entrado en vigor en la Colombia de Gustavo Petro. Déjenme que se lo cuente. Petro tiene una vicepresidente que responde al nombre Francia Márquez, la primera persona negra en ejercer el cargo, y a la que el presidente tenía de decoración en su gobierno. La verdadera vicepresidente en la medida de reemplazar al primer mandatario cuando no podía acudir a algún acto era y es la mujer de Petro, Verónica Alcocer. Así que a la vicepresidente se le dio el Ministerio de Igualdad y Equidad, creado este mes de enero para que tuviese algo que hacer. Y en ese puesto se fue de visita oficial a Kenia y firmó un acuerdo bilateral entre ambos países para que maestros colombianos enseñen español en Kenia y maestros keniatas enseñen swahili en Colombia. Me quito el sombrero ante las autoridades keniatas. Vaya pelotazo.

Dada la solidaridad de las ultraizquierdas del mundo entero, me precipito a sugerir a la consejera Serret que invite en visita oficial a la ministra de Igualdad y Equidad colombiana. Puede ser otro pelotazo político:

1.- El acuerdo con la Liga Árabe no parece incluir la enseñanza del catalán por toda la umma árabe. Pero si Francia Márquez ha aceptado intercambiar clases de swahili y castellano ¿Cómo no va a aceptar que se enseñe catalán en Colombia? Es inimaginable.

2.- La llegada de profesores colombianos a Cataluña puede regularla la Generalidad, como si de inmigrantes ilegales se tratara, aduciendo la escasez de demanda e insistiendo en que el español es hablado por el cien por cien de la población.

3.- La visita de la ministra Francia Márquez puede dar pie a un gran golpe de imagen internacional de Cataluña aduciendo que ha tenido una visita oficial de la vicepresidente de una república soberana. Y que la vicepresidente quiere importar el catalán a Colombia.

Si es que este Pere Aragonès está a por uvas. Hay que ponérselas como a Fernando VII.